Es cierto que Panamá fue de los países que aplicó medidas de control anticovid con más rigurosidad, y que ello no siempre se tradujo en bajos índices de contagios o muertes. Sin embargo, lo que nadie debería poner en dudas es que nuestro sistema de salud hizo lo que tenía que hacer para salvaguardar la vida de la mayoría de los panameños y residentes en el país.
Hoy en día la covid-19, que sigue estando allí y causando víctimas fatales, la abordamos con una estrategia distinta que busca no impactar los empleos y el desarrollo del país, porque al fin y al cabo eso también es capaz de generar otra crisis.
Enfrentamos una nueva ola de la enfermedad, y aunque no debemos volvernos paranoicos ni propiciar cierres, sí podemos adoptar medidas ya aprendidas para procurar que las afectaciones sean mínimas.
El uso de mascarillas en coyunturas particulares es de gran ayuda, así como el irrenunciable hábito de lavado frecuente de manos. La covid-19 ya es parte del menú de enfermedades con las que debemos convivir y que por más que queramos pasar la página, debemos enfrentarla.