La fiebre no puede estar en la sábana. Nadie puede negar que es un avance en la igualdad de género que en estos momentos el país tenga seis magistradas de los nueve que integran la máxima corporación de justicia. Eso es meritorio.
Pero de aquí en adelante hay mucho que esperar.
Ahora les toca a estas seis mujeres con el resto de los magistrados demostrar que son independientes y que no responden al Ejecutivo, amigo o partido político alguno.
LEA TAMBIÉN: Senan decomisa 400 paquetes de droga
La Corte Suprema de Justicia no puede negociar nada. Tiene que aplicar la Constitución y la ley y el país está esperando que esto ocurra para todos por igual porque aquí los delitos de cuello blanco y la corrupción no son castigados. ¿Hasta cuándo?
No se trata de llenar la Corte de ramilletes de flores para ganar aplausos, porque las rosas también tienen espinas, sino de que estas magistradas sean consecuentes con su momento y no le hagan un favor a nadie porque las invitan a bailar o no les reducen el presupuesto de funcionamiento.
Lideren los cambios que necesita este país y el tiempo dirá si se marcó una diferencia.