Desde el día uno al presidente “Nito” Cortizo, el hijo de Lajamina de Pocrí de Los Santos, no le ha interesado controlar la Asamblea Nacional, a pesar de que su partido y aliados tienen mayoría.
Sin embargo, el mandatario consigue aprobar lo que quiere cuando se lo propone, aunque hay excepciones, como cuando intentó en plena pandemia de la covid-19 rebajar el salario de los servidores públicos y la Asamblea ni siquiera discutió el tema.
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Esta semana la Comisión de Comercio archivó el proyecto del Ejecutivo que buscaba eliminar los incentivos fiscales para empresarios del turismo como se comprometió con los grupos populares.
Es decir, los diputados oficialistas rofean con su decisión al presidente y a su Gabinete (o hay algún acuerdo tras bastidores) y le dan la espalda al pueblo que exigió en las calles eliminar este privilegio que da créditos fiscales por millones de dólares a empresarios considerados donantes económicos del partido gobernante.
Si el presidente de la “mecha corta” no se atreve a frenar a los voraces diputados, le tocará hacerlo, como siempre, al soberano, al pueblo.