Casi descontrolado. Así lució hace unos días el contralor de la República por televisión ante la pregunta firme de un periodista sobre los gastos de movilización, que le han costado millones de dólares a los panameños para que unos políticos sin escrúpulos puedan reelegirse en el 2024.
Al contralor, acorralado por las críticas y luego de la justificación de esta sinvergüenzura en la Asamblea Nacional, no le quedó de otra que suspender los pagos y hacer un comunicado para decir que se habían eliminado de forma permanente. ¿Lo regañó “Nito” o fue suficiente la investigación del procurador de la Administración?
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Ahora aparece el fantasma de los gastos imprevistos y sin duda muchos no creen que los alcaldes y representantes vayan a dejar escapar ese ingreso extra de sus bolsillos y tal vez el flamante contralor con su política de “corrección” se inventa un nuevo manual que al final deja más dudas que certezas, porque cuando se pierden la credibilidad y la confianza, estas no se recuperan con una vocera, que no hace nada, ni mucho menos con frases vacías de un funcionario con ego, como si fuera una nuez vieja y encima con gorgojos.