Los 190 millones de dólares anuales que pretende inyectar el Gobierno al programa de pensiones de la Caja de Seguro Social es un cálculo político y a todas luces insuficiente para cubrir pagos que superan los 2 mil millones de dólares al año del programa de beneficio definido.
En una simple matemática, el aporte de 190 millones de dólares no llega ni a curita, a pesar de las buenas intenciones que pudiera haber con la inyección económica porque el pago de las pensiones es un tema complejo, que no depende de una sola acción.
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Es casi seguro que nadie quisiera aumentar la edad de jubilación y las cuotas, pero es irresponsable con el presente y las futuras generaciones mantener un modelo que no se sostiene financieramente.
Les corresponde a las autoridades liderar este tema y no verlo como una oportunidad politiquera para el 2024 porque la Caja de Seguro Social y el programa de pensiones hay que rescatarlos entre todos y eso implica sacrificios compartidos.
Lástima que el Diálogo por el Seguro fracasó y ahora los candidatos buscan aplausos y votos y eso siempre le ha hecho daño a la primera entidad de salud del país.