Si se hacen unas olimpiadas de pobreza, América Latina se lleva la medalla de oro como la región más desigual del mundo. No es cuento.
Esta es una realidad que saben nuestros gobernantes, empresarios y activistas del mundo y de nuestro país. Las principales víctimas de esa pobreza son la vida, la salud y la educación.
En el 2009, se decía que mil 400 millones de personas se hallaban en pobreza extrema, viviendo con menos de 1.25 dólar diario; 3 mil millones estaban por debajo de la línea de pobreza, ganando menos de dos dólares diarios y unos 26 mil niños morían todos los días en el mundo por causas vinculadas a la pobreza. Son cifras que golpean.
Para rematar, nos pegó a todos la pandemia del coronavirus y de seguro la pobreza será más aguda. Si ya se decía que iban a haber 50 millones de desocupados, esta cifra se puede duplicar y hasta triplicar por la pandemia.
Panamá forma parte de esta realidad, aunque nos creamos un país rico. Acá la gente sobrevive en un país desigual, en medio de la abundancia de pocos.