Trabajar por los menos favorecidos no es tarea fácil y eso lo sabe Ariel López, director de proyectos del Centro San Juan Pablo II, ubicado en Calidonia, el que ha cambiado vidas.
¿La población en calle ha aumentado?
“Estos días pienso que sí, creo que es que no se está haciendo el recorrido municipal que se hacía por semana, eso reducía la población, pues se llevaban a los centros y se internaban”.
¿Cuáles son las causas principales de que haya personas viviendo en las calles?
“El consumo de drogas está aumentando, sobre todo en los jóvenes. Tenemos población de calle entre 19 y 20 años que viven bajo los puentes, y si no ponemos atención al consumo de droga, sobre todo piedra, seguirá el aumento de personas en calles, me parece que el gobierno tiene que intervenir”.
¿Cómo mantienen el centro?
“Mensualmente podríamos hablar que gastamos unos 6 mil dólares, son cuatro áreas de atención y cada una tiene un gasto. Nuestra labor es atender a los habitantes de calle, ya no se debe usar la palabra despectiva de indigentes, atendemos mujeres trabajadoras sexuales, a los jóvenes con adicciones o riesgo social y a los privados de libertad con problemas de adicciones, a la población trans, al que llegue le ofrecemos atención y alimentos”.
¿Qué otra labor hacen?
“Le enseñamos a las personas que no todo es dado, los habitantes de calle recogen todos los centavos que encuentren en los lugares donde están y lo llevan al centro y lo cambian por ropa. Por ejemplo, alguien trae un centavo y se lleva un suéter, un pantalón, unos zapatos y son conscientes y a veces traen hasta veinte centavos, eso les ha ayudado a apoyar la labor de la cárcel”.
Y ahora la Alcaldía les retira el subsidio
“Con esa ayuda internábamos a las personas en programas muy costosos como el del Instituto de Salud Mental y a otros los enviábamos a Hogares Crea, pero ahorita no tenemos para pagar el tratamiento de más de 20 personas que están internadas. Hogares Crea nos ha condonado la deuda para que estas personas no regresen a las calles sin haber terminado el proceso”.
¿De cuánto era el subsidio?
“De tres mil dólares por mes. Lo empezamos a recibir en 2017 y todo está registrado con facturas fiscales; no entendemos por qué suspenden la ayuda a un centro que es de ayuda a las instituciones del gobierno, las que nos envían a los jóvenes en riesgo. Somos una respuesta para la sociedad”.
¿Qué otro apoyo reciben?
“Subsidios solo el que nos daba la Alcaldía. La Iglesia, por ser un centro católico, aporta 54 mil dólares al año, pero hay áreas de atención que necesitamos que se subsidien. Ahorita estamos trabajando por medio de donaciones”.
¿Qué les parece que se gastan millones en un desfile y no haya para las oenegés?
“Todo en la vida tiene un equilibrio, se gastan millones en un momento, pero hay una realidad más dolorosa que golpea. Solo tenemos que mirar a nuestro alrededor, hay edificios grandes y debajo de ellos personas viviendo en las calles”.
Datos
Director de proyectos del Centro San Juan Pablo II.
Especialista en inadaptación social e infractores.
Está encargado de la obra arquidiocesana, la que desarrolla en distintas áreas.
Es un líder que inspira a otros a realizar grandes obras.
El centro no fue favorecido con la renovación de subsidios por la Alcaldía capitalina.