Mañana, 20 de diciembre, Panamá vivirá una jornada de silencio y respeto en honor a las víctimas de la invasión estadounidense de 1989. Durante esas 24 horas, el país recordará a quienes perdieron la vida en aquel conflicto, y lo hará con medidas que incluyen ley seca y el cierre temporal de centros nocturnos.
A partir de las 12:01 a.m. del 20 de diciembre y hasta la misma hora del día siguiente, quedará prohibida la venta y consumo de alcohol. Cantinas, bares, discotecas y locales de ocio deberán mantener sus puertas cerradas. Esta medida no es para incomodar, sino para que los panameños reflexionen y rindan homenaje a la memoria de las víctimas.
Aunque el duelo nacional obliga al cierre de la mayoría de establecimientos, servicios esenciales como farmacias, hoteles y centros comerciales seguirán operando. Además, el pabellón nacional ondeará a media asta, y se evitará difundir música estridente en radios y canales de TV, buscando un ambiente más solemne durante la conmemoración.
Este día de luto, respaldado por leyes aprobadas en años recientes, busca no solo recordar el pasado, sino también mantener viva la llama de la historia y el respeto a los caídos. Para muchos panameños, este gesto es una manera de tomar conciencia sobre lo que sucedió y valorar la paz de la que hoy goza el país.