La Defensoría del Pueblo como entidad rectora de los Derechos Humanos en Panamá, ante los enfrentamientos suscitados este viernes 29 de octubre, entre miembros de la comarca Ngäbe Buglé y la Policía Nacional, hace un llamado a detener las acciones que vulneren el derecho a la vida y a la integridad física, tanto de los originarios como de las unidades policiales.
Desde que se dieron los hechos, la Defensoría del Pueblo a través de la Regional de San Félix en la provincia de Chiriquí, se apersonó al área para verificar las posibles vulneraciones a los derechos humanos a los originarios, durante el desalojo en una propiedad privada en Barro Blanco.
Durante la inspección de oficiales de Derechos Humanos se constató originarios adultos, así como niños heridos, producto del enfrentamiento; y por ello, de inmediato se gestionó la ayuda médica para los afectados.
Sin embargo, la Defensoría del Pueblo insta a los padres de los menores de edad afectados a que eviten exponer a sus hijos en estas acciones de fuerza, dado que el bien superior de los niños, niñas y adolescentes es la responsabilidad primaria de los padres.
La Defensoría del Pueblo reconoce que las fuerzas del orden están llamadas a salvaguardar los derechos y hacer respetar la ley con el uso de la fuerza, pero con prevención a que sea correlativa a aquella que es objeto.
Por lo anterior, se advierte que no se puede, bajo ningún criterio aceptar la utilización de exceso de fuerza, así como de artefactos caseros que pongan en peligro no solo de agentes del orden y de la propia comunidad incluyendo niños, niñas y adolescentes.
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Igualmente, anuncia que se iniciará una investigación de oficio para determinar las vulneraciones a los derechos humanos, tanto de los originarios como de miembros de la Policía Nacional quienes también, de acuerdo a los informes preliminares resultaron lesionados.
Hoy sábado 30 de octubre personal de la Dirección de Protección de Derechos Humanos de la Defensoría del Pueblo continuará dando seguimiento a los hechos registrados para identificar por qué las familias durmieron a la intemperie.