La posibilidad de revisar las tarifas del transporte público en Panamá ha encendido el debate entre usuarios y transportistas. Mientras muchos pasajeros temen pagar más, los conductores aseguran que sus costos de operación han aumentado tanto que necesitan una solución urgente.
Omar López, presidente de la Cámara Nacional de Transporte, explicó que “no se trata de subir el pasaje por gusto, sino de que enfrentamos incrementos constantes en seguros, repuestos y mantenimiento. Por ejemplo, los seguros han pasado de costar 198 a casi 400 dólares”. Según el dirigente, la última vez que se revisaron las tarifas fue en 2011, es decir, hace 14 años, lo que agudiza las dificultades para los propietarios de los vehículos.
Además, López recordó que para 2025, el 25% de la flota de transporte deberá ser eléctrica, lo que añade otro reto financiero. Por ello, plantea que cualquier modificación tarifaria debe consensuarse: “Queremos una mesa de diálogo donde participen aseguradoras, proveedores de repuestos y, por supuesto, los usuarios. La idea es no afectar al pasajero, pero también proteger la sostenibilidad de nuestro servicio”.
Mientras tanto, muchas personas que utilizan los buses diariamente se oponen a un aumento si antes no se mejora la calidad y la frecuencia de las rutas. Sin embargo, López asegura que se están coordinando acciones con la Autoridad de Tránsito y Transporte Terrestre (ATTT) para reorganizar las piqueras y ofrecer un servicio más eficiente.
A pesar de los esfuerzos, el panorama es incierto. “Sabemos que el pueblo panameño no tolera un alza más, pero si no llegamos a un acuerdo, los transportistas no podrán sostenerse”, concluyó López. Se espera que la ATTT convoque pronto a todas las partes para discutir una posible revisión tarifaria que equilibre las necesidades de los usuarios con las demandas del sector.