El Buen Gobierno de “Nito” Cortizo solo tiene 10 meses de gestión y enfrenta críticas y un desgaste incomparable.
El político llegó a cima de su carrera política a la Presidencia de la República, señalando a su antecesor de “lento”, poco transparente y selectivo, pero en diez meses, a la nueva administración le llueven las críticas y hasta ahora nadie sabe a dónde puede terminar todo esto cuando vuelva la nueva normalidad.
La credibilidad se va como agua entre los dedos y que conste hay personajes en redes sociales que ya advierten que si esto no se detiene “se van a robar hasta el agua del río Chagres. ¿Exagerado?
Todavía no se sabe, porque “Nito Cortizo” llegó al Palacio de las Garzas, advirtiendo que nadie está por encima de la ley y que los recursos públicos son sagrados. Le piden es que actúe y que rinda cuentas, pero el mandatario solo aparece en eventos coyunturales y no dice nada sobre los escándalos que golpean su gestión.
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Hay mucho ruido por todos lados, pero en dos hechos abundan las interrogantes y los detalles por explicar.
El primero es la compra de los ventiladores, han pasado 29 días desde que se destapó el escándalo y todavía no se sabe por qué renunció el viceministro Juan Carlos Muñoz y por qué repentinamente las compras del Ministerio de la Presidencia las pasaron para el Misa. ¿Hay gato encerrado?.
Es lo que todo el mundo asegura, pero el gobierno solo respondió con un vídeo grabado de la ministra Rosario Turner, que muchos lamentan y las conferencias del “equipo Panamá” las suspendieron y ahora mandan escuetos comunicados.
Para rematar está el segundo hecho puntual e ineludible como lo fue la construcción y la entrega del hospital modular de Albrook por 6.5 millones de dólares.
De este “tamal” nadie quiere hablar, ni el ministro de Obras Públicas, Rafael Sabonge, ni la ministra Turner y mucho menos el representante de SmartBrix, a quien le dieron la obra en medio de la pandemia del coronavirus.
Es decir, en medio de todo esto hay compras de alimentos, gel alcoholado, mascarillas y no se cuánto cosa se necesite en una emergencia, pero sobre la compra de los ventiladores y el hospital modular hay más más nubes turbulentas que explicaciones claras como se merece la ciudadanía.
Hasta ahora, la única respuesta “genial” de la Secretaría de Comunicación del Estado fue pagar un aviso tipo “meme” en todos los diarios para afectar la credibilidad del diario La Prensa, pero sin ofrecer ni siquiera una respuesta a las dudas sobre las compras efectuadas por el Buen Gobierno en medio de esta pandemia del covid-19. El virus ya ha cobrado la vida de 287 panameños de los casi 10 mil que hay afectados, sin dejar por fuera los miles de personas que han perdido sus empleos sin tener una alternativa concreta.
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Por ello no es de extrañar que ciudadanos como “Nanopty” exprese que le preocupa que la nueva normalidad venga contagiada no de covid-19, sino de corrupción. Pero al parecer esta solo se curará con cuarentena a los corruptos en La Joya y El Renacer como recomienda Anette Planells.
Si la corrupción no se frena en Panamá, la gente no morirá de amor en plena sesión de exorcismos como narraba Gabriel García Márquez en su obra “Del Amor y otros Demonios”, sino de desempleo y hambre, y de eso serán responsables las autoridades de “leche condensada” que tenemos.