En el convulso panorama político panameño, el año preelectoral se convirtió en una etapa crítica para los partidos más antiguos y consolidados.
A medida que la marea electoral se alza y la competencia se intensifica, los partidos tradicionales se enfrentan a una dura realidad: la pérdida de adeptos. Este fenómeno no solo refleja la desilusión de los votantes, sino también la evolución del electorado en busca de nuevas opciones y liderazgos. En el corazón de esta transformación se encuentr @an tres de los partidos más antiguos de Panamá, el Partido Revolucionario Democrático (PRD), Cambio Democrático (CD) y el Partido Panameñista, quienes están viendo cómo sus bases de apoyo se desmoronan en medio de un entorno político cada vez más cambiante.
El reciente informe del Tribunal Electoral revela un panorama sombrío para el PRD, el partido con más miembros en Panamá. En julio de 2023, el PRD contaba con 725,415 afiliados, reflejando una organización robusta y poderosa. Sin embargo, la euforia se desvaneció rápidamente tras las elecciones generales de mayo, cuando su candidato presidencial, José Gabriel Carrizo, quedó en un decepcionante sexto lugar con apenas el 5.9% de los votos. La derrota electoral dejó cicatrices profundas, y el número de miembros del PRD se desplomó a 649,457 en julio de 2024, una pérdida de cerca de 76,000 adeptos. A pesar de esta fuga masiva, el PRD sigue siendo el partido con más afiliados, aunque su hegemonía parece estar en decadencia.
Cambio Democrático, bajo la dirección de Rómulo Roux, también sufrió una significativa disminución en su base de apoyo. En el transcurso de un año, el partido vio la deserción de 27,402 miembros, reduciendo su número total a 273,763. Esta caída subraya una crisis de legitimidad y la necesidad de revitalización interna para recuperar el terreno perdido.
El Partido Panameñista, presidido por José Blandón, no escapó al fenómeno de deserción. El partido vio reducir su membresía en 14,762 afiliados, pasando de 246,988 a 232,226. Esta disminución plantea preguntas sobre la capacidad del partido para mantenerse competitivo en futuras contiendas electorales.
En contraste, el Movimiento Otro Camino (Moca), dirigido por Ricardo Lombana, experimentó una caída menos dramática de 2,017 miembros, reduciendo su número de afiliados de 38,280 a 36,263. Aunque la pérdida es menor en comparación con los partidos tradicionales, refleja un desafío constante para los partidos emergentes en su camino hacia el establecimiento.
Sin embargo, el panorama no es completamente negativo. Realizando Metas (RM), creado por el expresidente Ricardo Martinelli, logró un notable crecimiento, sumando 28,067 nuevos miembros y alcanzando un total de 258,411. Este aumento en la membresía destaca la capacidad de RM para atraer a nuevos seguidores y consolidar su posición política.
Además, el Molirena y el Partido Popular también vieron incrementos en sus afiliaciones. El Molirena creció de 83,111 a 86,204 miembros, mientras que el Partido Popular aumentó su número de afiliados de 18,733 a 20,276. Estos incrementos sugieren una mayor resonancia entre los votantes con las propuestas y liderazgos de estos partidos.