Las cárceles en Panamá han sido escenario de descubrimientos alarmantes: desde armas improvisadas y drogas, hasta teléfonos satelitales con los que los reclusos coordinan delitos desde el encierro. Pero eso podría cambiar. 24 custodios penitenciarios de diferentes centros del país fueron entrenados durante una semana en la Academia de Formación Penitenciaria “Andrés Gutiérrez Bonilla” (AFP) en Aguadulce, Coclé, con el objetivo de pulir sus técnicas de requisa y blindar los penales contra el ingreso de artículos ilícitos.
El seminario de 32 horas incluyó entrenamiento en registros personales, revisión de vehículos y detección de objetos prohibidos, además de capacitaciones en derechos humanos, el Código Penal y el correcto uso de la fuerza.
Según Ángel Jiménez, director encargado de la AFP, este curso busca que los custodios sepan actuar con precisión y dentro del marco legal para evitar que los internos sigan controlando redes criminales desde la cárcel.
Los escándalos dentro de los penales no han cesado. En múltiples operativos se han incautado armas, drogas, celulares de alta gama e incluso licor, lo que deja en evidencia que los sistemas de control aún tienen fallas.
Con este nuevo entrenamiento, se espera que los custodios puedan cerrar el cerco al contrabando y acabar con los privilegios de ciertos reclusos, muchos de ellos ligados a bandas criminales que operan dentro y fuera de los centros penitenciarios.
El Sistema Penitenciario ha prometido endurecer las inspecciones, pero la gran pregunta es: ¿Podrán los custodios frenar el poder del crimen organizado dentro de las cárceles o seguirán entrando drogas y teléfonos como si nada?
Por ahora, el entrenamiento les ha dado las herramientas. El tiempo dirá si la batalla contra el contrabando tras las rejas está realmente ganada.