Este gobierno criticó durante toda su campaña política, el control de precios de su antecesor, pero van a cumplir tres años en el poder y no han podido hacer algo diferente.
Para rematar han extendido hasta diciembre la medida para varios productos de consumo masivo porque la economía familiar está muy golpeada por la covid-19 y la recuperación es muy lenta. Ya nadie puede negar que Panamá es uno de los países más caros de la región para vivir y los consumidores están sobreviviendo porque casi todo ha subido de precios y cumplir con la canasta básica es cada vez más duro.
Lo que hace falta es que haya política coherente e integral para que se produzcan más alimentos de forma local, se les facilite insumos a los agricultores, no se especule con las importaciones y haya comida accesible para la gente de forma sostenible.
Hasta ahora el gobierno prefiere poner parches y tomar medidas temporales, que no solucionan el problema, sino que demuestran la improvisación y la falta de voluntad.