Además del impacto en la salud y lo económico, la pandemia por la covid-19 ha tenido un gran impacto negativo en otras áreas como la educativa.
Por dos años lectivos cientos de miles de niños y jóvenes de todo el país no han podido recibir sus clases de forma habitual, siendo Panamá uno de los países en el mundo donde los colegios han estado cerrados por más tiempo.
Esta dura realidad ha provocado un rediseño del proceso enseñanza-aprendizaje, el cual ha sido desempeñado de distintas maneras en muchos planteles.
En momentos en que se analiza el retorno progresivo de los estudiantes a las aulas de clases, debido a un retroceso de los contagios y un efectivo proceso de vacunación, muchos evalúan qué han aprendido los estudiantes en los años lectivos 2020 y 2021.
Y sin dudas, uno de los planteles con una experiencia muy positiva para contar y emular es el Centro Educativo de Formación Integral Nuestra Señora de la Merced, ubicado en El Chorrillo.
Mi Diario conversó con la ingeniera Luz María del Carmen Itzel Hurtado Mendoza, docente especializada en Educación con Tecnología Educativa, quien explicó que el 10 de marzo de 2020 -una vez el Ministerio de Educación (Meduca) decretó la emergencia nacional- ellos se reunieron en el plantel para coordinar cómo llevarían a cabo el proceso de enseñanza de sus estudiantes.
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Agrega que recomendaron a los maestros que desde sus casas elaboraran guías de estudios semanales, desde las materias fundamentales hasta las especiales (inglés, matemáticas, español, informática, etc), de forma que los estudiantes tuvieran un fundamento de lo que se desarrollaría en el 2020.
En ese momento, recuerda, la única información que tenían del Meduca era que las clases estaban suspendidas.
El aporte tecnológico
Según la docente, la tarea difícil en ese momento fue ubicar a todos los estudiantes. Mientras tanto, otro grupo en el colegio trabajaba en la recopilación de equipos tecnológicos de segunda para apoyar a las familias que ellos sabían no contaban con los implementos para que sus niños se reincorporaran a clases.
La respuesta, asegura, fue buena y recibieron muchas tablet, unas 80 de las que se conectan por red inalámbrica, y otras 35 de las que se conectan con chip. “Además de eso, nosotros buscamos apoyo en las redes de los proveedores de telecomunicaciones, que en principio donaron unos 200 chips con 6 gigas de datos y a través de los maestros se canalizaban las necesidades de las familias y los estudiantes y así los fuimos llamando, con todas las medidas de bioseguridad, para entregar el apoyo recibido”, cuenta.
Agrega que luego de eso, se les brindó la oportunidad de tener una plataforma educativa gratuita llamada Educaline, a través del Meduca. “El colegio se mostró interesado y en mayo del 2020 ya estaba trabajando con el programa”, explica Hurtado Mendoza.
Acotá que fue entonces cuando entró el proceso de aprendizaje de los docentes, que asimilaron la nueva herramienta de forma acelerada, al igual que los estudiantes.
“Luego se aplicó un proyecto de conectividad con la empresa Tigo, que estaba en proceso de migración de la antigua Movistar. En ese esquema de módem incorporamos a 25 familias (aunque finalmente se benefician 75 al multiplicarlo). La particularidad de El Chorrillo es que como todos son vecinos muy cercanos, y nosotros tenemos estudiantes que son vecinos, identificamos a aquellas familias que no podían pagar un servicio de Internet, les dimos en custodia el equipo y ellos a su vez conectaban a otros vecinos con un clave de Internet; y así podíamos beneficiar a una familia que es la que hospeda el equipo, y a otras cuatro que reciben la señal”, detalla la ingeniera el proceso.
Asegura que el éxito de este esquema es que hasta hoy mantienen los mismos equipos brindados el año pasado, a los cuales ellos les brindan el soporte técnico a las familias en caso de alguna falla.
Toda esta estrategia permitió a. Centro Educativo de Formación Integral Nuestra Señora de La Merced mantener su planes de estudios trimestrales, aunque acogieron la recomendación del Meduca de los dos trimestres.
“Nos acogimos al decreto de dos trimestres para beneficiar a esos estudiantes que por algún motivo se habían atrasado muchísimo por tema de módulo, recursos, etc, Pero si medimos tiempo y esfuerzos, todos nuestros maestros siguieron desde marzo trabajando sin parar”, dice.
Expone que para ser más eficientes invirtieron en cuentas de Zoom para mantener conectado a los maestros con los estudiantes, lo que se sigue usando para conectar a los estudiantes de forma más organizada. Por ejemplo, las clases son de 7:00 a.m. a 12:00 p.m., aunque el docente sigue disponible hasta las 3:00 p.m. para cualquier necesidad de los estudiantes en sus tareas y dudas.
Nuestra Señora de Fátima tiene una matrícula aproximada de 612 estudiantes, con un poco menos de 50 estudiantes más que cuando inició la pandemia, debido a que muchos papás que tenían a sus hijos en escuelas privadas optaron porque continuaran allí. El plantel los acogió en base a su capacidad.
Sobre si hubo deserciones comentó que si se dieron fue porque el padre por voluntad propia decidió sacar al estudiante para pasarlo a otra escuela, pero no porque no contara con el equipo. “Me atrevo a decir que llegamos al 100% de nuestros estudiantes. Las oportunidades que brinda el plantel son bien aprovechadas en la comunidad”, asegura la ingeniera.
Evaluación de la experiencia
Al evaluar el proceso actual con el tradicional, Hurtado Mendoza considera que todos los estudiantes que pasaron de grado han tenido la oportunidad de aprender distinto. Al igual que los docentes, que también se han visto forzados a aprender de nuevas herramientas y la han asimilado bien.
“Las tenían como una opción, pero la pandemia obligó a usarla sí porque sí. Muchos docentes rebasaron sus propias expectativas y han sido capaces de aprender y reaprender, sin obviar que han tenido que enfrentar ansiedades y miedos; los mismos padres de familia que han sentido que no pueden. Todo eso lo hemos pasado, pero ha habido una fortaleza de toda la comunidad educativa para que el estudiante sea el más beneficiado”, analiza.
En el presente año lectivo, y dado el éxito en el 2020, el plantel no hizo mayores cambios y ha seguido con la plataforma para los padres de familia que no quieran enviar a sus hijos a las aulas una vez se dé la autorización por parte del Meduca.
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La docente e ingeniera reconoce que los avances y oportunidades de este plantel, evaluado como escuela modelo, no es fortuito, sino producto de su buena reputación. Ello ha permitido que organizaciones particulares, como la Fundación Jupá los tomara en cuenta para ser uno de los primeros beneficiados del programa de captación de computadoras, laptops y IPad.
“En nuestro caso, cada equipo que se entregó (a los padres de familia) tiene un contrato de compromiso de qué se podía usar, que no, cuánto pagaría el padre si le daba otro uso, etc”, explica al agregar que hay cláusulas de compromiso a pagar si se daña el equipo por mal uso.
Llamó la atención en que la pandemia desnudó el problema de servicio de los proveedores de Internet, muchos de los cuales no llegan a un barrio capitalino como El Chorrillo. De allí que hasta evaluaron instalar antes o fibra, lo que resultó muy costoso, por lo que se decidieron por módem a los que se les incorporaban chips.