Un estudio reciente publicado en la revista Aging and Mental Health revela que la jubilación puede ser un desencadenante de depresión y consumo excesivo de alcohol entre los adultos mayores. Los investigadores encontraron que los jubilados son más propensos a experimentar síntomas depresivos en comparación con aquellos que aún están trabajando. Además, el abuso de alcohol, definido como más de cinco bebidas al día para hombres y cuatro para mujeres, se asocia con un aumento en los síntomas de depresión.
La investigadora Christina Sellers enfatiza la necesidad de ofrecer alternativas saludables al consumo de alcohol para los jubilados, quienes son especialmente vulnerables a los efectos negativos del alcohol y a problemas de salud subyacentes. En el estudio, se analizaron datos de más de 27 mil 500 residentes estadounidenses mayores de 50 años, quienes reportaron sus hábitos de consumo y síntomas depresivos a lo largo de una encuesta a largo plazo.
Los jubilados que consumen alcohol moderadamente (una a tres bebidas al día para mujeres y una a cuatro para hombres) tienden a mostrar menos síntomas depresivos que aquellos que beben en exceso. Sin embargo, el consumo moderado no es una solución recomendada, ya que el alcohol puede aumentar el riesgo de caídas y dependencia, además de empeorar la salud mental.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que no existe una cantidad segura de alcohol, dado que incluso el consumo ligero puede estar relacionado con varios tipos de cáncer.
Los investigadores sugieren que la jubilación puede traer consigo cambios significativos en la vida, como la pérdida de identidad laboral, problemas financieros y aislamiento social, lo que puede contribuir a la depresión. Por lo tanto, es crucial evaluar tanto la salud mental como los hábitos de consumo de alcohol en esta población.
Los jubilados que buscan evitar el consumo excesivo de alcohol pueden considerar diversas alternativas saludables. Aquí se presentan algunas estrategias efectivas:
Estrategias para reducir el consumo de alcohol
1. Establecer días de abstinencia: Seleccionar ciertos días de la semana para no beber puede ayudar a reducir el consumo y fomentar hábitos más saludables. Durante esos días, se pueden planificar actividades que distraigan de la bebida, como paseos o noches de películas
2. Limitar el consumo: Fijar un límite estricto sobre cuántas bebidas se consumen en una ocasión puede ser útil. Anotar estos límites y compartirlos con amigos y familiares puede ofrecer apoyo adicional
3. Elegir alternativas sin alcohol: Probar bebidas sin alcohol, como cervezas o vinos sin alcohol, puede satisfacer el deseo de una bebida sin los efectos negativos del alcohol. Esto es especialmente útil cuando se ha alcanzado el límite establecido.
4. Mantenerse activo: La actividad física regular no solo mejora la salud física, sino que también ayuda a liberar endorfinas que mejoran el estado de ánimo. Actividades como caminar, nadar o practicar yoga son excelentes opciones.
5. Participar en actividades sociales: Unirse a grupos locales, como clases de yoga o talleres artísticos, puede proporcionar oportunidades para socializar sin la presión de consumir alcohol. Buscar actividades en entornos donde no se fomente el consumo de alcohol es clave.