Durante la dictadura de Noriega y del PRD en la década de los ochenta, un grupo de valientes ciudadanos usó la Calle 50 y otras áreas de la capital como bastión de lucha contra la tiranía y los gorilas que se burlaban del pueblo y se robaban la democracia y el futuro de los panameños.
Unos 30 años después y con el PRD otra vez en el poder, en medio de una democracia que no les costó nada, los ciudadanos salen otra vez a las calles para efectuar la tercera manifestación contra la trampa de las reformas electorales. Será una cadena humana pacífica y cívica, pero con un mensaje valiente y firme para los diputados del PRD, Molirena y del CD: la democracia nuestra es imperfecta, pero el pueblo panameño está dispuesto a defenderla hoy como ayer.
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Que eso lo tengan claro los diputados del poder de turno, quienes cada cuatro año aprueban las reglas del juego electoral para seguir en la papa en la Asamblea Nacional con lujosos carros, partidas, planillas y nombramientos como si fueran monarcas, sin importarles las necesidades apremiantes de este pueblo. ¡Basta ya!