En distintas escuelas y vecindarios, cada vez son más los jóvenes que se inician en el uso de vapeadores. Lo que parece “una alternativa inofensiva” al cigarrillo ha generado alarma en la comunidad, pues autoridades sanitarias y especialistas señalan que estos dispositivos pueden ocasionar problemas respiratorios como asma, bronquitis e incluso, a largo plazo, enfermedades más graves como enfisema pulmonar o ciertos tipos de cáncer.
La preocupación va en aumento, sobre todo porque muchos menores consideran que “vapear” no es tan dañino como fumar tabaco tradicional. Sin embargo, médicos y autoridades coinciden en que el riesgo existe, tanto por la nicotina como por otras sustancias químicas que estos aparatos contienen. Ante este panorama, se hace un llamado urgente a padres, maestros y a la sociedad en general para redoblar la vigilancia y promover la prevención, recordando que la salud de los jóvenes puede correr un gran peligro.
Para las autoridades, uno de los factores que ha incentivado el uso de vapeadores entre los menores es la extensa variedad de sabores y presentaciones llamativas. Muchos jóvenes caen en la tentación por la curiosidad que generan sabores dulces o frutales, sin ser conscientes de que están inhalando nicotina y otras sustancias tóxicas que pueden tener consecuencias a largo plazo.
Además, organizaciones civiles y algunos legisladores han solicitado que se aprueben leyes más estrictas para controlar la venta de estos dispositivos, especialmente en sitios digitales donde, con facilidad, los adolescentes pueden hacerse con un vapeador sin que nadie verifique su edad. La falta de regulación y la desinformación se han convertido en un caldo de cultivo para que cada vez más menores adopten este hábito peligroso.