El boxeo, un deporte históricamente ligado a Las Vegas como su capital indiscutible, está viviendo un cambio drástico en el epicentro de sus grandes eventos. Arabia Saudita, bajo la dirección de Turki Alalshikh y su ambicioso proyecto deportivo, está consolidándose como la nueva cuna de las peleas más relevantes y lucrativas del mundo. La pregunta es inevitable: ¿estamos ante el fin de la era de Las Vegas como la “capital del boxeo”?
En los últimos años, Riad se ha convertido en el escenario de enfrentamientos de alto perfil, como las peleas de pesos pesados y la histórica unificación de títulos de Oleksandr Usyk. La apuesta saudí va más allá del simple espectáculo, con estadios de última generación, cheques millonarios y una estrategia para adquirir símbolos del deporte como Ring Magazine, Arabia Saudita está reescribiendo las reglas del negocio del boxeo.
Las Vegas, que alguna vez brilló como el lugar de encuentros legendarios como Ali vs. Frazier y Mayweather vs. Pacquiao, enfrenta un declive ante la oferta saudí de bolsas inigualables y un mercado emergente ávido de grandes espectáculos. Sin embargo, la “ciudad del pecado” aún mantiene su prestigio gracias a su historia y su infraestructura, factores que podrían mantenerla en la pelea.
Este cambio de epicentro plantea interrogantes sobre el futuro del boxeo. ¿Logrará Arabia Saudita mantener el interés global a largo plazo? ¿Será capaz de convertir a Riad en un destino cultural tan atractivo como Las Vegas? Mientras las estrellas del boxeo sigan optando por las bolsas saudíes, parece que la balanza se inclina cada vez más hacia el Medio Oriente.