Los residentes de la calle Los Sauces en la Arboleda de Arraiján están viviendo una pesadilla recurrente: los apagones. Este problema no solo interrumpe sus actividades diarias, sino que también ha creado una ventana de oportunidad para los malhechores que aprovechan la oscuridad para acechar la vecindad. Los testimonios de los afectados son preocupantes, con relatos de encuentros directos con intrusos que intentan ingresar a sus hogares.
Una vecina, que se encontró cara a cara con un delincuente intentando irrumpir en su hogar, describe el miedo y la inseguridad que siente cada vez que la luz se va. Este incidente pone de relieve la urgencia de abordar no solo el problema de los apagones, sino también la necesidad de mejorar la seguridad en la comunidad.
Los residentes han estado solicitando a la empresa Naturgy durante más de tres años que evalúe y repare un poste de tendido eléctrico que está en peligro de caerse. Sin embargo, sus llamados parecen haber caído en oídos sordos, dejándolos vulnerables a estas interrupciones en el suministro eléctrico.
La barriada Arboleda de Cáceres, hogar de unas 300 familias, clama por una mejora en el servicio eléctrico. Aseguran que viven en una provincia en crecimiento, pero que carece de una planificación adecuada para satisfacer las necesidades básicas de la comunidad.
Una residente ha comenzado a documentar las horas y días en que se quedan sin electricidad para respaldar sus reclamos. Según su registro, experimentan cortes de servicio entre dos y tres veces por semana, a veces durante varias horas seguidas. Esta situación no solo interrumpe sus actividades diarias, sino que también afecta negativamente sus medios de vida, como el teletrabajo.
En Navidad, la falta de electricidad les impidió celebrar adecuadamente, una triste realidad que ilustra cómo estos apagones afectan la calidad de vida y el bienestar de la comunidad.
Frente a la inacción de la empresa proveedora de energía, los residentes han tenido que tomar medidas por su cuenta, como la compra de reguladores de voltaje y lámparas solares. Sin embargo, estas soluciones temporales no abordan el problema subyacente y los residentes siguen sin recibir una respuesta satisfactoria a sus reclamos. Es hora de que las autoridades tomen medidas concretas para abordar esta preocupante situación y garantizar la seguridad y el bienestar de los residentes de Arraiján.