¡Atención, Panamá! La noticia ha caído como un balde de agua fría: el país no participará en la prueba PISA 2025, una evaluación crucial organizada por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos). Este examen, que se lleva a cabo cada tres años, es una ventana al rendimiento educativo global y un termómetro de la efectividad de las políticas educativas. Así que, ¿qué significa realmente esta decisión?
El contexto: Panamá y la educación en números
Actualmente, Panamá ocupa el puesto 74 de 81 países evaluados en PISA. ¡Un ranking que no nos llena de orgullo! La prueba se enfoca en habilidades fundamentales para la vida real, evaluando la lectura, matemáticas y ciencias. El director de Educación de la OCDE, Andreas Schleicher, lamentó el retiro del país, resaltando que ya se han hecho avances significativos en los preparativos para la evaluación. Según él, participar en PISA 2025 habría sido una oportunidad única para recopilar datos sobre competencias en ciencias ambientales, un tema crucial en la actualidad.
La postura del gobierno: ¿dinero o educación?
El Ministerio de Educación (Meduca) notificó su decisión a la OCDE el pasado 29 de julio. La ministra Lucy Molinar, a tan solo 15 días de asumir el cargo, fue clara en su crítica: “Cualquier prueba solo confirmará lo que ya sabemos sobre la educación en el país”. Además, argumentó que el dinero destinado a PISA, cerca de 217.910 dólares, podría ser mejor invertido en capacitar docentes y equipar escuelas. “¿Cómo van a salir los alumnos de bachillerato en ciencias sin laboratorios?”, cuestionó.
Los expertos alzan la voz
Sin embargo, esta decisión ha desatado un debate entre los expertos. Noemí Castillo, psicóloga y expresidenta de la Comisión de Educación de Apede, enfatiza que la educación es una inversión para el futuro y que la prueba PISA es esencial para evaluar el aprendizaje acumulativo de los estudiantes. “Lo que no se mide no se puede mejorar”, sostiene. Mientras tanto, Humberto Montero, dirigente magisterial, sugiere que la Meduca debería replantear el currículo educativo y realizar pruebas regionales para evaluar el nivel de conocimiento de los estudiantes.
Un futuro incierto
La participación en la prueba PISA no solo se trata de obtener evaluación, sino que puede ofrecer información vital para entender las competencias que los jóvenes necesitan para enfrentar los retos del mundo actual. En un momento en que la sostenibilidad ambiental y el cambio climático están en el centro de atención, Panamá se queda sin un referente internacional que podría haber guiado su desarrollo educativo.
Con los resultados de la última evaluación PISA, presentada en diciembre de 2023, en la que Panamá mostró debilidades en su sistema educativo, el país tiene un largo camino por recorrer. La pregunta que queda es: ¿cuánto tiempo más se quedará Panamá fuera del juego educativo internacional? Solo el tiempo lo dirá, pero lo cierto es que la educación en el país necesita un cambio urgente, y la oportunidad de PISA 2025 era una pieza clave en ese rompecabezas.
Con información de prensa.com