Con apenas un mes para las elecciones presidenciales en Panamá, el país se encuentra inmerso en un ambiente político lleno de incertidumbre y expectativa. Con ocho candidatos compitiendo por la presidencia de la República, el escenario electoral está en plena ebullición.
En medio de esta efervescencia política, el país enfrenta una serie de desafíos y tensiones que podrían influir en el resultado de las elecciones. Por un lado, el Tribunal Electoral avanza en la impresión de las boletas de votación, mientras que la Corte Suprema de Justicia aún tiene pendientes casos cruciales que podrían impactar en el proceso electoral, como la inconstitucionalidad de la candidatura de José Raúl Mulino y el caso de la diputada Zulay Rodríguez relacionado con los lingotes de oro.
El desgaste del gobierno saliente se suma a la complejidad de esta contienda, donde los candidatos se esfuerzan por destacar sin alejarse de los problemas que preocupan a la ciudadanía. Sin embargo, algunos analistas políticos señalan una “falta de enfoque” en temas cruciales como la Caja del Seguro Social, la minería, la educación y otros asuntos que afectan al país.
Con 3 millones 4 mil 83 ciudadanos habilitados para votar y 1,066 candidatos compitiendo por 885 cargos, incluido el de presidente de la República, las elecciones del 5 de mayo prometen ser determinantes para el futuro de Panamá. Sin embargo, la falta de debate en torno a los problemas clave y la apatía percibida entre la población plantean interrogantes sobre el rumbo que tomará el país tras los comicios.
Los debates presidenciales, según los analistas políticos, no han logrado cambiar significativamente las preferencias electorales, y la posibilidad de sorpresas de último minuto parece limitada. Además, la falta de entusiasmo y la apatía entre la población reflejan un ambiente político marcado por la desilusión.
Aunque queda menos de un mes de campaña, los equipos políticos podrían intentar cambios para captar el voto de los indecisos, pero el ambiente político actual refleja una cierta desilusión y falta de entusiasmo.
En definitiva, las elecciones del 5 de mayo definirán el rumbo del país en los próximos años, y la ciudadanía espera con expectación los resultados y las decisiones que se tomarán en este importante proceso electoral.