Hoy, 15 de febrero, se cumplen dos años de la trágica muerte de 37 migrantes irregulares en Gualaca, provincia de Chiriquí, cuando el autobús que los trasladaba desde Darién hacia el campamento de Los Planes se precipitó contra otro vehículo, causando uno de los peores desastres migratorios en la historia reciente de Panamá. En el siniestro también fallecieron dos panameños: el conductor y su ayudante.
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El director del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, José Vicente Pachar, confirmó que varios de los cuerpos permanecen sin reclamar en el cementerio de Los Guayacanes. “Entre los fallecidos no identificados hay ciudadanos haitianos. El principal obstáculo es que los familiares no acuden a reclamar los restos de sus seres queridos”, explicó Pachar. A pesar del tiempo transcurrido, no se han realizado exhumaciones, pero el Instituto mantiene un sistema de clasificación y documentación para entregar los restos tan pronto sus familiares los soliciten.
El incidente ocurrió cuando el conductor, al pasarse la entrada del albergue de migrantes en Los Planes, intentó regresar sobre otra carretera de acceso, impactando contra un bus coaster estacionado. Los migrantes se dirigían hacia Paso Canoas, frontera con Costa Rica, como parte de su ruta hacia Estados Unidos.