Han pasado 22 años desde aquel 8 de febrero de 2003, cuando la pequeña Mónica Milagros Serrano García, de un año y medio de edad, fue arrebatada del patio que compartía la casa de su abuela y su tía, en Colinas de Loma Bonita (Vista Alegre, Arraiján). Desde entonces, la familia no ha dejado de vivir en la incertidumbre. Su padre, Castor Serrano, falleció en 2023 sin haber logrado encontrarla.
A lo largo de los años, varias pistas dieron esperanzas: en 2009 se habló de una niña en Ecuador que podría ser Mónica, pero las pruebas de ADN lo descartaron. En 2020 apareció otra joven, de nombre Grifina López, en la región guna de Wargandí, cuyo parecido físico generó fuertes sospechas, aunque los análisis de genética también negaron el vínculo con la familia Serrano.
Durante la investigación oficial, el Ministerio Público detuvo a 10 personas para interrogarlas, pero nunca se llegó a saber qué sucedió realmente. Una de las declaraciones más impactantes indicaba que la niña pudo haber sido vendida a terceros, aunque nunca hubo evidencia suficiente para confirmar esa versión.
El caso de Mónica Serrano recuerda el de Aderlyn Llerena Saldaña, una niña de 9 años desaparecida el 13 de septiembre de 2022, cuando se dirigía a su escuela en Las Trancas, distrito de San Miguelito. Hasta la fecha, tampoco hay rastro de ella.
El padre de Mónica, el profesor Castor Serrano, vivió sin descanso pidiendo justicia y buscando respuestas. Falleció tras una cirugía de hernia, dejando a su esposa, Mónica Serrano García, con la esperanza de que, algún día, la verdad sobre el paradero de su hija salga a la luz.