Un juez argentino envió a juicio a la viuda y al hijo del fallecido narcotraficante colombiano Pablo Emilio Escobar Gaviria y al exfutbolista colombiano Mauricio “Chicho” Serna en una causa en la que se investigan millonarias maniobras de lavado de activos provenientes del tráfico de drogas internacional.
Según informaron este jueves fuentes del Ministerio Público argentino, María Isabel Santos Caballero, Juan Sebastián Marroquín y el exjugador de la selección colombiana y de clubes como Boca Juniors son tres de los nueve imputados que se sentarán en el banquillo, tal y como dispuso el Juzgado Federal 3 de la ciudad bonaerense de Morón, dirigido por el magistrado Néstor Barral.
La investigación apunta a que todos ellos -entre los que también se encuentra el empresario Mateo Corvo- habrían realizado un aporte “esencial” para inyectar en Argentina fondos del narcotraficante José Bayron Piedrahita Ceballos, vinculado al líder del Cartel de Medellín.
La elevación a juicio la había solicitado la Fiscalía en agosto de 2019.
LOS HECHOS IMPUTADOS
La Fiscalía imputa a Piedrahita Ceballos y Corvo, entre otros, haber integrado una asociación criminal internacional que operó en Argentina desde “al menos 2008” hasta septiembre de 2017, que estaba “dedicada a poner en circulación en el sistema financiero local bienes provenientes de maniobras de tráfico ilícito de estupefacientes” cometidas en Colombia y Estados Unidos, “con el objeto de otorgarles apariencia lícita”.
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A la viuda y al hijo de Escobar, que viven en Argentina, se les acusa de haber efectuado un “aporte de naturaleza esencial para el cumplimiento de los objetivos criminales de la estructura ilícita mencionada”, al haber sido quienes en 2007 supuestamente “introdujeron y unieron” los intereses de Piedrahita Ceballos y Corvo.
En junio de 2018, al conocerse los procesamientos judiciales, la Fiscalía señaló que existe documentación que acredita que Marroquín reconoció haber sido, junto a su madre, quienes presentaron a Piedrahita Ceballos como inversor de los proyectos que llevaba adelante Corvo, quien reconoció a favor de madre e hijo una comisión del 4,5 % del total de la inversión realizada.
Barral considera que la viuda y el hijo de Escobar “efectuaron un aporte de carácter esencial para el cumplimiento de los objetivos criminales” del colombiano y “estaban al tanto de la imperante necesidad de Corvo de obtener inversores para financiar sus proyectos inmobiliarios”.
Sobre “Chicho” Serna pesa la acusación de haber entregado a Piedrahita Ceballos, “a un precio irrisorio y ficticio”, los derechos posesorios de un inmueble situado en el paraje denominado “El Campito” y dos lotes del “Barrio Terravista S.A.”.
INFORMACIÓN DE ESTADOS UNIDOS
Piedrahita Ceballos, deportado en noviembre pasado a su país desde Estados Unidos, donde estuvo varios meses encarcelado, figura en el Departamento de Justicia estadounidense como patrón de organizaciones narcocriminales colombianas y por haber colaborado con una red vinculada con los carteles de Medellín y Sinaloa y las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
El caso en Argentina se inició a raíz de una investigación preliminar desarrollada por la Procuraduría de Narcocriminalidad, a partir de información enviada por Estados Unidos, que apuntaba a vínculos del colombiano con personas físicas y jurídicas del país suramericano.