El gobierno venezolano implementó una reducción temporal de la jornada laboral en el sector público a 13.5 horas semanales (3 días laborables con 4.5 horas diarias) debido a la sequía que afecta los embalses hidroeléctricos de la región andina, clave para la generación de energía. La medida, vigente durante seis semanas, aplica desde el 24 de marzo y excluye organismos de servicios esenciales.
Además, se hace un llamado a la población para ajustar los aires acondicionados a 23°C y desconectar dispositivos no usados.
Esta no es la primera vez que se aplican restricciones similares. En 2016, 2018 y 2019, se implementaron medidas por crisis eléctricas, atribuidas por el gobierno a sabotajes o emergencias climáticas, aunque expertos señalan falta de mantenimiento y corrupción.