El Tribunal Supremo de Brasil comenzó este martes a analizar si el expresidente Jair Bolsonaro y siete aliados (incluidos exministros y militares) serán juzgados por intento de golpe de Estado, organización criminal y otros delitos tras su derrota en las elecciones de 2022 frente a Lula da Silva. La denuncia, presentada en febrero por el fiscal general Paulo Gonet, señala que Bolsonaro planeó impedir la asunción de Lula mediante reuniones en el Palacio de Alvorada y consideró incluso el asesinato del presidente y del juez Alexandre de Moraes.
Los cinco jueces de la primera sala del STF, entre ellos Moraes (relator del caso), decidirán si aceptan los cargos, que podrían llevar a penas de hasta 43 años de cárcel. La defensa de Bolsonaro intentó sin éxito excluir a dos magistrados nombrados por Lula y pedir un juicio ante el pleno del tribunal, incluyendo a jueces designados por él mismo.
El proceso, transmitido en vivo, marca un hito histórico: es la primera vez que un expresidente brasileño enfrenta cargos de este tipo desde la transición democrática de 1985. Bolsonaro, que niega las acusaciones y las califica de “persecución política”, podría quedar inhabilitado para las elecciones de 2026 si es condenado