Un fuerte terremoto de magnitud 6,8 sacudió este martes la remota región del Tíbet, cerca de la frontera con Nepal, dejando un trágico saldo de 126 muertos, 130 heridos y un paisaje desolador de edificios colapsados y comunidades devastadas.
El temblor se registró a las 9:05 de la mañana (hora local) en el condado de Dingri, según el Centro de Redes Sismológicas de China (CENC). Sin embargo, el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) elevó la magnitud a 7,1, resaltando la fuerza destructiva del fenómeno.
¡La tierra tembló con furia!
El epicentro del terremoto se localizó a tan solo 10 kilómetros de profundidad, amplificando el impacto en la superficie. La televisora estatal CCTV confirmó que “muchos edificios cerca del epicentro han colapsado”, y señaló que hasta las 10:00 a.m. se habían registrado múltiples réplicas, la más fuerte de magnitud 4,4.
Las imágenes que llegan desde la zona son desgarradoras: comunidades enteras convertidas en escombros, personas atrapadas y equipos de rescate luchando contra el tiempo para salvar vidas.
Un área sísmica al límite
El Tíbet y Nepal están ubicados en una de las regiones sísmicas más activas del planeta. La constante colisión entre las placas tectónicas India y Eurasia no solo formó la majestuosa cordillera del Himalaya, sino que también convierte a esta zona en un foco permanente de actividad sísmica.
Hasta ahora, se reporta que alrededor de 1mil casas sufrieron daños de distinta magnitud, dejando a cientos de familias sin hogar en pleno invierno.
Impacto internacional
El sismo también se sintió en Katmandú, la capital de Nepal, y en áreas cercanas al Everest, generando preocupación en toda la región. La tragedia ha movilizado a las autoridades locales y a equipos internacionales de rescate, mientras los residentes enfrentan la incertidumbre de nuevas réplicas.
La tragedia en números
126 muertos confirmados.
130 heridos, algunos en estado crítico.
Mil casas dañadas o destruidas.
¿Qué sigue?
Mientras las autoridades trabajan contra reloj para ayudar a las víctimas, la comunidad internacional mira con atención este desastre. ¿Será este un llamado de alerta para reforzar la infraestructura en una de las regiones más vulnerables del mundo?
Por ahora, el Tíbet está de luto.