La tormenta tropical Dorian amenazaba con golpear de forma directa a Puerto Rico el miércoles luego de que, según los meteorólogos, hizo un giro de última hora en su trayectoria. El meteoro podría aproximarse a fuerza de huracán conforme se acerque al territorio estadounidense.
Se prevé que la tormenta pase por encima o cerca de la región occidental y central de Puerto Rico el miércoles, por lo que las autoridades alertaron a la población de posibles deslaves, inundaciones y apagones. El presidente Donald Trump declaró una emergencia el martes en la noche y ordenó la entrega de asistencia federal a las autoridades.
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“Se sentirán vientos con fuerza sostenida de tormenta tropical en prácticamente toda la isla”, dijo Roberto García, director del Servicio Nacional de Meteorología de Estados Unidos en San Juan, en una conferencia de prensa el martes en la noche.
Sin embargo, advirtió que el pronóstico podría cambiar durante la noche y añadió que tormentas como Dorian, sin un vórtice bien definido, suelen presentar cambios súbitos.
En la madrugada del miércoles, Dorian se encontraba a unos 390 kilómetros (240 millas) al sureste de Ponce, Puerto Rico. El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos dijo que se fortaleció ligeramente y tiene vientos máximos sostenidos de 96 kilómetros por hora (60 mph) y avanza en dirección noroeste a 20 km/h (13 mph).
Se prevé que arroje entre 10 y 15 centímetros (4 y 6 pulgadas) de lluvia con precipitaciones aisladas de hasta 20 centímetros (8 pulgadas), agregó.
El cambio en el trayecto de la tormenta causó preocupación en muchos de los habitantes del territorio estadounidense, en donde aún hay alrededor de 30.000 viviendas con lonas azules en lugar de techos casi dos años después del paso del huracán María, y en donde los 3,2 millones de pobladores dependen de una endeble red eléctrica que sigue siendo propensa a apagones después de ser destruida por la tormenta de categoría 4.
Jorge Ortiz, un obrero de la construcción de 50 años de edad, no dejó nada al azar. Quitándose el sudor de la frente, Ortiz subió por una frágil escalera bajo el calor abrasador de la mañana para atar pedazos de zinc que ahora realizan la función de tejado después de que el huracán María destruyó el segundo piso de su casa al impactar la isla el 20 de septiembre de 2017.
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Se vio obligado a reconstruirlo todo por sí mismo, y finalizó hace apenas tres meses. Contó que no recibió asistencia del gobierno local o federal.
“Me dijeron que no cualificaba porque era pérdida total”, señaló, negando la cabeza al añadir que Dorian lo inquietaba. “Estoy preocupado... con bastante sacrificio para que se lo lleve otra vez”.
El Centro Nacional de Huracanes emitió una alerta por huracán para Puerto Rico y avisos por tormenta tropical para Puerto Rico, Vieques, Culebra y las Islas Vírgenes Estadounidenses. Además hay una alerta en vigor por tormenta tropical en República Dominicana, desde Samaná hasta Puerto Plata.
Dorian ya causó apagones y derribó árboles en Barbados y Santa Lucía, y una trayectoria aún incierta a largo plazo coloca a la tormenta cerca de Florida para el fin de semana.
A pesar de que altos funcionarios de Puerto Rico aseguraron que están preparados para la llegada de la tormenta y cuentan con equipamiento suficiente, un par de alcaldes, incluyendo algunos en la región occidental, indicaron que no hay generadores suficientes ni se instalaron adecuadamente los albergues necesarios.
Jesús Laracuente, un trabajador de construcción de 52 años que vive en el vecindario pobre de Las Monjas, en la capital, San Juan, también tiene sus dudas sobre los preparativos del gobierno.
“El pueblo aquí está preparado. Ya aprendimos la lección”, dijo en referencia a María. “Lo que nos desespera es saber que con cualquier vientito nos quedamos sin luz. Es el gobierno que nos falla”.
José Ortiz, director ejecutivo de la Autoridad de Energía Eléctrica de Puerto Rico, reconoció que la red eléctrica aún tiene puntos débiles y que podría “sufrir” con vientos de entre 80 y 96 km/h (entre 50 y 60 mph), pero agregó que la agencia tiene el inventario necesario, incluyendo más de 120.000 bombillas, 23.000 postes y 7.400 transformadores.
Pero Freddyson Martínez, vicepresidente de un sindicato de trabajadores eléctricos, dijo a The Associated Press que aunque la red mejoró en algunas zonas, le preocupa la falta de trabajadores especializados y los parches tras el paso de María, como la colocación de tendido eléctrico en palmeras.
El secretario de Transporte de la isla reconoció que los operarios siguen reconstruyendo carreteras dañadas o bloqueadas por María, y más de 1.000 siguen bloqueadas por deslaves provocados por el huracán.
La gobernadora de Puerto Rico, Wanda Vázquez, instó a los residentes en zonas con tendencia a inundarse o en lugares en reparación a trasladarse a uno de los 360 refugios de la isla el martes en la noche. El secretario de Vivienda, Fernando Gil, señaló que en la zona que se espera que sea la más afectada por Dorian hay entre 9.000 y 13.000 casas todavía en rehabilitación.
Las autoridades informaron que las escuelas públicas y las oficinas gubernamentales estarán cerradas al menos hasta el jueves.
“Luego de María hemos aprendido muy bien la lección”, manifestó Vázquez. “Vamos a estar mucho mejor preparados”.
Se espera que Dorian pase cerca de las Islas Turcas y Caicos y al sureste de Bahamas el jueves por la noche o el viernes.
Por otra parte, la tormenta tropical Erin se formó lejos de la costa este estadounidense el martes en la noche. Según el Centro Nacional de Huracanes, está previsto que avance hacia el norte, hacia el Atlántico, sin suponer una amenaza para tierra firme.
El meteoro estaba a unos 1.110 kilómetros (690 millas) al oeste de Bermuda y a 482 kilómetros (300 millas) al sureste de Cape Hatteras, en Carolina del Norte, con vientos máximos sostenidos de 64 kilómetros por hora (40 mph).