La obra fue esculpida en un árbol con motosierra y muestra a la primera dama vestida de traje azul alzando su mano izquierda, con lo que se busca reproducir el gesto que hizo durante el juramento de su esposo en 2017.
La obra ha provocado críticas, por ejemplo de que se parece a un “espantapájaros”.
Puedo entender que la gente piense que no se acerca mucho a su apariencia física", afirma a la AFP Downey, quien encuentra el resultado “absolutamente hermoso”.
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Desde que Donald Trump asumió como presidente en 2017, la muy tranquila Sevnica se convirtió en un imán para turistas y periodistas que buscan escrutar el pasado de la primera dama estadounidense.
Los comerciantes locales se han aprovechado de esa atracción para ofrecer una increíble cantidad de productos alimenticios o mercancías con el nombre de Melania, así como un paseo por los sitios claves de sus primeros años.
Downey concibió la estatua como parte de un proyecto para explorar las raíces eslovenas y encargó al artesano local Ales Zupevc, apodado “Maxi”, que efectuara la escultura.
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Downey dijo a AFP de que le impactó que “Maxi” nació el mismo año y en el mismo hospital que Melania.
Podemos ver este río y las montañas tal como ella los vio de niña", añadió Downey.
Nadie se ha animado a expresar grandes elogios a la obra.
Nika, estudiante local de arquitectura 24 años, dijo a AFP que “si el monumento quiere ser una parodia, ahí sí tuvo éxito el artista”.
Aquí en Sevnica solo podemos reír y al mismo tiempo agarrarnos la cabeza con las manos por la catastrófica reputación", añadió.
Katarina, de 66 años, dice por su parte que el monumento es una “buena idea”.
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Melania es una heroína eslovena, logró llegar a los más alto de Estados Unidos", señaló.
Fuente: AFP / Fotos: Reuters