BRASILIA, (Reuters) - El ministro de Justicia y Seguridad Pública de Brasil, Sergio Moro, renunció este viernes viernes a su cargo con duras palabras contra la decisión del presidente Jair Bolsonaro de cambiar el mando de la Policía Federal, que según él representa una intromisión política e incumple la promesa de que tendría carta blanca.
La decisión de Moro, quien ganó notoriedad como juez principal de la Operación Lava Jato, se conoce después del despido del director general de la Policía Federal, Maurício Valeixo, por el mandatario, publicada la mañana del viernes.
Su salida repentina es un duro golpe para el gobierno y es probable que erosione el apoyo a Bolsonaro, cuya popularidad ya ha disminuido debido a su gestión de la pandemia de coronavirus.
Moro dijo en su discurso de despedida que desde el periodo de Lava Jato siempre le ha preocupado la posibilidad de una interferencia política en la Policía Federal y que estaba sorprendido por la salida de Valeixo. La oficina del presidente no respondió a una solicitud de comentarios.
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Bolsonaro dijo en Twitter que “restablecerá la verdad” sobre las salidas de Moro y Valeixo en una conferencia de prensa que realizará más tarde.
Los mercados financieros brasileños cayeron tras la renuncia de Moro. Las acciones perdieron hasta un 8% y el real cedía cerca de un 3%, a mínimos históricos, mientras los inversores especulaban que el ministro de Economía, Paulo Guedes, será el próximo “superministro” civil en dejar el gabinete.
Es probable que la gravedad de las acusaciones exponga a Bolsonaro a serios riesgos políticos e, incluso, legales.
Moro dijo que el mandatario de ultraderecha teme las investigaciones del máximo tribunal del país, sin dar detalles, y que quería información privilegiada sobre su jefe policial, condiciones que calificó como intolerables.
“El presidente me enfatizó, explícitamente, más de una vez, que quería a alguien que fuera su contacto personal, a quien pudiera llamar, de quien pudiera obtener información, informes de inteligencia”, aseguró Moro. “Y realmente no es el trabajo de la Policía Federal dar esa información”.
Cuando Moro terminó su discurso televisado, se produjeron protestas en todo Brasil, con personas golpeando ollas y sartenes desde sus departamentos y gritando “¡Fuera Bolsonaro!”.
Protestas similares estallaron la semana pasada después de que Bolsonaro despidió al popular ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, quien se había enfrentado con el presidente sobre cómo combatir el brote de coronavirus.
La partida de Moro podría suponer un mayor riesgo para la coalición de Bolsonaro, que ha unido a activistas sociales conservadores con una amplia gama de brasileños que exigen menos corrupción en el gobierno.
(Reporte adicional de Maria Carolina Marcello y Lisandra Paraguassu en Brasilia y Eduardo Simoes en Sao Paulo; escrito por Gabriel Stargardter; editado en español por Javier López de Lérida y Rodrigo Charme)