Portugal estrenó hoy, en pleno día de Navidad, su período de “contención” para frenar la expansión de ómicron, que ya domina en el país con el 61,5 % de los casos de la covid-19 y que ha llevado a restricciones como el cierre del ocio nocturno, el teletrabajo obligatorio y los test en hoteles.
La llegada de ómicron, que se espera que suponga el 90 % de las infecciones antes de acabar 2021, provocó que la “semana de contención” que el Gobierno había anunciado entre el 2 y el 9 de enero se ampliase y empezase este sábado, cuando los portugueses celebran la Navidad.
Las autoridades sanitarias ya han advertido de que el dominio de ómicron en plenas fiestas provocará un aumento de las infecciones, cuando todavía planea la incertidumbre.
“Condicionará probablemente un aumento del número de contactos por las festividades y resultará en un rápido aumento de la incidencia, con la magnitud del impacto en los servicios sanitarios y de la mortalidad todavía incierta”, avisan la Dirección General de Salud (DGS) y el Instituto Nacional de Salud (INSA) en su último informe.
Por ahora, la incidencia a 14 días está en 630 casos por 100 mil habitantes, aunque las hospitalizaciones y la mortalidad se mantienen significativamente por debajo de las cifras alcanzadas en olas anteriores.
Este sábado, la DGS notificó 10.016 nuevas infecciones, tercer día consecutivo por encima de los 10 mil, lo que no ocurría desde enero.
NAVIDAD CON RESTRICCIONES
Bajo esa incertidumbre, Portugal amaneció la mañana de Navidad con nuevas restricciones, como el teletrabajo obligatorio o el cierre del ocio nocturno, un nuevo mazazo para este sector, que sólo reabrió en octubre tras 18 meses cerrados y que no podrá abrir el día del año que más caja hace, Nochevieja.
Además, desde este sábado es obligatorio presentar un test negativo para entrar en hoteles, bodas y bautizos, espectáculos culturales y recintos deportivos como estadios de fútbol, independientemente del aforo.
El test también es obligatorio para los vacunados, y sólo están exentas las personas que tienen un certificado digital de recuperación porque han pasado el virus en los últimos 6 meses.
Desde hoy también estarán cerradas las guarderías, aunque varios de centenares de escuelas estarán abiertas para acoger a los hijos de los trabajadores esenciales.
CENAR O COMER EN RESTAURANTES, CON TEST
La restauración también tiene nuevas reglas para las fiestas, que en su caso estrenaron ya en Nochebuena: los días 24, 25, 30 y 31 de diciembre y 1 enero es obligatorio presentar test negativo para entrar en un restaurante, aunque no para las terrazas.
Los efectos de la medida se hicieron ver este sábado en Lisboa, donde pese a ser diciembre y a la fina lluvia que caía en la capital, las terrazas de los establecimientos concentraban la afluencia de clientes, mientras el interior permanecía casi vacío.
Las calles del centro estaban menos concurridas de lo normal y la mayoría de las personas que paseaban o consumían eran turistas que decidieron viajar por Navidad.
Las restricciones llevaron a familias portuguesas a cancelar sus planes de comer fuera y por ello hay restaurantes que decidieron ni siquiera abrir en estos días de fiestas.
Según señalaron desde la Asociación Nacional de Restaurantes (Pro.var) lusa, cerca del 50 % de la restauración planeaba no abrir durante esos días para ahorrar en costes, principalmente en fin de año.
En Nochevieja, pese al cierre de las discotecas, sí estarán permitidas las fiestas en espacios como casinos u hoteles, aunque también bajo presentación de prueba negativa.
SE APLAZAN LAS REBAJAS
El Gobierno portugués también decidió aplazar las rebajas de invierno, que en Portugal suelen empezar tras el día de Navidad, hasta después del 9 de enero, para evitar aglomeraciones en los comercios.
Además, se reduce desde este sábado el aforo en establecimientos comerciales, a una persona por cada cinco metros cuadrados, ante la afluencia que suele haber estas semanas para descambiar regalos.
El período de “contención” estará vigente hasta el 9 de enero, aunque el Ejecutivo revisará las medidas antes por si fuese necesario aplazarlas.