Una verdadera tragedia es la que se vive en Pakistán.
Y es que varios son los padres que esperan con ansiedad los resultados de los análisis sanguíneos de sus hijos para ver si han contraído el VIH como cientos de personas de la región, al parecer porque un médico usó en repetidas ocasiones una jeringa infectada.
La ira y el miedo se palpan en uno de los barrios pobres golpeado por la epidemia. Las autoridades dicen que no saben si se debe a una negligencia grave o a prácticas malintencionadas de un pediatra.
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Según cifras oficiales, más de 400 personas, entre ellas muchos niños, dieron seropositivos durante las últimas semanas en la zona, así lo reseña El Clarín.
El pánico es tal que se ha enviado a la policía al lugar para mantener el orden entre la muchedumbre.
Otros sienten pavor por el futuro de sus hijos en un país donde se conoce mal la enfermedad y con problemas en el acceso al tratamiento, sobre todo en las zonas rurales.
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“¿Quién va a jugar con ella? Y cuando sea grande ¿quién querrá casarse con ella?”, dice llorando la madre de una niña de cuatro años que dio positivo al VIH en una aldea aledaña.
Pakistán estuvo considerado durante mucho tiempo como un país con un índice bajo de sida. Pero el virus se propaga a gran velocidad, sobre todo entre los toxicómanos y las personas que ejercen la prostitución.