La Iglesia católica estadounidense, convulsionada desde hace años por escándalos de pederastia, aprobó este jueves un texto del papa que obliga al clero a señalar sospechas de abusos sexuales y refuerza el sistema de alerta para las presuntas víctimas.
Reunidos en Baltimore, en el estado de Maryland, los miembros de la conferencia episcopal estadounidense ratificaron por amplia mayoría la ley canónica decidida por el papa Francisco en mayo.
En su carta apostólica titulada "Son la luz del mundo", el pontífice obligó a señalar cualquier acoso o agresión sufridos por un fiel o un religioso, así como todo intento por la jerarquía de encubrir abusos sexuales perpetrados por un miembro de la Iglesia.
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El documento detalla asimismo cómo se deberán realizar las investigaciones internas, primero localmente, antes de transmitir la información conseguida al Vaticano para un posible juicio.
La conferencia episcopal también aprobó la instauración, antes del 31 de mayo de 2020, de un sistema para permitir a la gente señalar agresiones. El dispositivo se gestionará con la cooperación de personal laico.
Hasta el momento los miembros del clero denunciaban los casos según su propia conciencia.
La Iglesia católica estadounidense vive una profunda crisis de confianza a raíz de revelaciones sobre agresiones sexuales perpetradas por curas, a menudo contra menores, que fueron encubiertas por su jerarquía.
En agosto de 2018, una investigación de los servicios del fiscal de Pensilvania reveló abusos sexuales cometidos durante décadas por más de 300 curas contra al menos 1.000 niños.
El escándalo provocó al dimisión del cardenal Donald Wuerl, sospechoso de haber intentado ocultar esos abusos cuando era el obispo de Pittsburgh entre 1988 y 2006.
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Otro cardenal influyente, Theodore McCarrick, fue destituido en febrero por haber agredido sexualmente un adolescente en los años 1970.
La principal Iglesia protestante estadounidense, que protagonizó un enorme escándalo sexual este año, también decidió acabar con su cultura de impunidad esta semana.
Los delegados de la Southern Baptist Convention (SBC), que cuenta con 15 millones de miembros, aprobaron el martes por amplia mayoría la exclusión de las congregaciones que intentaron encubrir supuestamente a autores de abusos sexuales.
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Esa decisión muestra un cambio importante en el seno de la SBC, donde las distintas Iglesias gozan de una gran autonomía.