Más de 5,3 millones de boletas fueron impresas para las elecciones generales de Nicaragua previstas para el 7 de noviembre próximo, informó este sábado el Consejo Supremo Electoral (CSE).
Las 5.383.600 boletas, elaboradas con elementos de seguridad como tinta invisible o marca de agua, vienen “con los mayores estándares de seguridad que se ha visto en todos estos años de procesos electorales”, dijo la presidenta del Poder Electoral, Brenda Rocha, a través de medios del Gobierno.
Las boletas serán divididas en paquetes de 400 antes de ser enviadas a cada una de las 13.459 Juntas Receptoras de Votos (JRV) establecidas en 3.106 Centros de Votación, generalmente ubicados en escuelas y edificios de universidades estatales o privadas subvencionadas de Nicaragua, un país de 6,5 millones de habitantes.
De acuerdo con el padrón electoral emitido por el CSE, el total de nicaragüenses aptos para votar en noviembre próximo es de 4.478.334.
Las autoridades electorales no informaron sobre las 905.266 boletas impresas demás con respecto a la cantidad de votantes. La legislación nacional hace referencia a la posibilidad de que algunas resulten dañadas en el proceso de traslado hacia las Juntas Receptoras de Votos, pero no establece un número específico de papeletas sustitutas.
Los nicaragüenses elegirán en una sola boleta los cargos de presidente y vicepresidente de Nicaragua, así como los diputados nacionales, departamentales, y del Parlamento Centroamericano (Parlacen).
En las elecciones participan el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), partido de Gobierno, así como el Partido Liberal Constitucionalista (PLC), el Partido Liberal Independiente (PLI), la Alianza Liberal Nicaragüense (ALN), Camino Cristiano Nicaragüense (CCN), la Alianza por la República (Apre), y Yatama (Hijos de la madre tierra, en lengua miskita), este último solamente en la costa Caribe.
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El proceso electoral de Nicaragua está marcado por el establecimiento de leyes que limitan las candidaturas a cargos de elección, la eliminación de tres partidos políticos de oposición, el encarcelamiento de al menos siete aspirantes a la Presidencia opositores, y la falta de observación.
Diferentes agrupaciones opositoras, como la Coalición Nacional o la Unidad Nacional Azul y Blanco, han señalado que están ante unas elecciones “fraudulentas”, y han llamado a un “paro electoral”, que consiste en no votar.
El presidente Daniel Ortega, quien gobierna desde 2007 tras haberlo hecho entre 1979 y 1990, busca su tercera reelección consecutiva para un cuarto mandato en fila, y segundo con su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta.
Fuente: EFE