En la frontera entre Venezuela y Colombia, específicamente en el estado Zulia y el departamento de La Guajira, operan organizaciones delictivas dedicadas al narcotráfico, contrabando y otros crímenes. Estas bandas, como el Cártel de La Guajira, aprovechan la porosidad de la frontera y, según informes, cuentan con la complicidad de algunos militares y políticos locales.
El Cártel de La Guajira, originario de Maicao, Colombia, extiende sus operaciones al estado Zulia en Venezuela. Este grupo se dedica al tráfico de drogas, armas, gasolina y otros bienes, además de actividades como extorsión y secuestro. La ausencia de autoridad en la región fronteriza facilita sus operaciones, permitiendo el tránsito de mercancías ilegales y el control de rutas estratégicas.
La colaboración entre estos grupos y ciertos miembros de las fuerzas armadas venezolanas ha sido objeto de denuncias. Informes señalan que efectivos militares corruptos permiten el paso de cargamentos ilegales a cambio de sobornos, lo que perpetúa la violencia y la inseguridad en la zona.