El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, destituyó este sábado al comandante del Ejército, el general Júlio César de Arruda, dos semanas después de la intentona golpista perpetrada por bolsonaristas radicales en Brasilia, informó el ministro de Defensa, José Múcio.
“Las relaciones, principalmente con el Ejército, sufrieron una fractura en el nivel de confianza. Por eso, pensamos que era necesario estancar eso pronto para poder superar este episodio”, declaró Múcio ante los periodistas en Brasilia.
El cambio en el mando del Ejército se produce en medio del clima de desconfianza entre el mandatario progresista y sectores de las Fuerzas Armadas desde el asalto a las sedes de la Presidencia, el Congreso y la Corte Suprema el pasado 8 de enero.
El cese llega además un día después de la reunión que mantuvo Lula con Arruda y los comandantes de la Marina y la Aeronáutica para discutir inversiones y planes para modernizar las tres fuerzas.
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Según señaló Múcio, la decisión fue comunicada este mismo sábado a Arruda, que deja el cargo antes de completar su primer mes en el mismo.
Según el diario Folha de Sao Paulo, Lula tomó esa determinación porque Arruda “no demostró disposición” en tomar medidas “inmediatas” para aplacar sus dudas sobre la actuación de algunos militares en la intentona golpista de hace dos semanas.
Su sustituto será el general Tomás Miguel Ribeiro Paiva, quien esta semana, en una ceremonia militar, hizo un fuerte alegato en defensa del orden democrático y del resultado de las elecciones de octubre, en las que Lula derrotó a Bolsonaro, quien todavía sigue sin reconocer su derrota en las urnas.
Paiva compareció este sábado junto a Múcio, aunque no dio ninguna declaración.
Lula, que asumió el poder el pasado 1 de enero, ha manifestado en diversas ocasiones sus dudas sobre el papel de las Fuerzas Armadas en relación a la invasión y los graves daños causados en las sedes de los tres poderes por parte de grupos violentos de extrema derecha.
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La semana pasada, en un desayuno con periodistas, aseguró que hubo “muchos militares y policías” que fueron “conniventes” con el intento de golpe y que está “convencido” de que alguien de dentro del palacio presidencial de Planalto “facilitó” la entrada de los radicales.
El miércoles, en una entrevista a GloboNews, dejó entrever nuevamente esa desconfianza al criticar las agencias de inteligencia “del Ejército, de la Policía y de la Marina” por no avisarle de que bolsonaristas radicales se estaban organizando para el asalto de Brasilia.
Arruda asumió interinamente como comandante del Ejército el pasado 30 de diciembre, cuando aún estaba en el poder el ahora expresidente Jair Bolsonaro, y continuó en el cargo con el Gobierno de Lula, hasta su fulminante destitución, anunciada este 21 de enero. EFE