El Papa ha asegurado que la violencia “contra una mujer” o “explotarla no es un simple delito”, sino que se trata de “un crimen que destruye la armonía, la poesía y la belleza que Dios quiso dar al mundo”.
“Ejercer violencia contra una mujer o explotarla no es un simple delito, es un crimen que destruye la armonía, la poesía y la belleza que Dios quiso dar al mundo”, ha escrito el Pontífice en un mensaje publicado en su cuenta de Twitter, con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
En el viaje de vuelta de Bahréin en la tradicional entrevista con los periodistas acreditados, el Papa hizo una defensa sobre los derechos de la mujer en referencia a las revueltas en Irán al señalar que si se cancela a las mujeres la sociedad es más pobre si bien ha evitado mencionar al régimen de los ayatolás. “Una sociedad que cancela a las mujeres de la vida pública, se empobrece”, señaló el Pontífice.
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Las hermanas Mirabal, también conocidas como Las Mirabal o Las Mariposas, fueron tres hermanas dominicanas que se opusieron a la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo, Patria, Minerva y María Teresa y fueron asesinadas el 25 de noviembre de 1960. En honor a ellas se instituyó el día de la prevención contra la violencia de las mujeres.
El autor peruano Mario Vargas Llosa en su libreo ‘La fiesta del Chivo’ cuenta la historia completa de las hermanas Mirabal.
A erradicar la violencia:
La violencia contra mujeres y niñas es una de las violaciones de los derechos humanos más extendidas, persistentes y devastadoras del mundo actual sobre las que apenas se informa debido a la impunidad de la cual disfrutan los perpetradores, y el silencio, la estigmatización y la vergüenza que sufren las víctimas.
En forma general, la violencia se manifiesta de forma física, sexual y psicológica e incluye:
Violencia por un compañero sentimental (violencia física, maltrato psicológico, violación conyugal, femicidio);
Violencia sexual y acoso (violación, actos sexuales forzados, insinuaciones sexuales no deseadas, abuso sexual infantil, matrimonio forzado, acecho, acoso callejero, acoso cibernético);
trata de seres humanos (esclavitud, explotación sexual);
Mutilación genital, y
Matrimonio infantil.
Para mayor clarificación, la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer emitida por la Asamblea General de la ONU en 1993, define la violencia contra la mujer como “todo acto de violencia que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o sicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada.”
Los efectos psicológicos adversos de la violencia contra las mujeres y niñas, al igual que las consecuencias negativas para su salud sexual y reproductiva, afectan a las mujeres en toda etapa de sus vidas. Por ejemplo, las desventajas tempranas en materia de educación no solo constituyen el obstáculo principal para alcanzar la escolarización universal y hace cumplir el derecho a la educación de las niñas, luego también le restringe el acceso a la educación superior a la mujer y limita sus oportunidades de empleo.
Aunque todas las mujeres, en todas partes del mundo, pueden sufrir violencia de género, algunas mujeres y niñas son particularmente vulnerables, ejemplo de ellas son las niñas y las mujeres más mayores, las mujeres que se identifican como lesbianas, bisexuales, transgénero o intersex, las migrantes y refugiadas, las de pueblos indígenas o minorías étnicas, o mujeres y niñas que viven con el VIH y discapacidades, y aquellas en crisis humanitarias.
La violencia contra la mujer sigue siendo un obstáculo para alcanzar igualdad, desarrollo, paz, al igual que el respeto de los derechos humanos de mujeres y niñas. Lo que es más, la promesa de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de no dejar que nadie se quede atrás, no podrá cumplirse sin primero poner fin a la violencia contra mujeres y niñas.