La situación en torno al acuerdo de tregua entre Israel y Hamas ha tomado un giro inesperado y dramático, a raíz de un comunicado del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. Este acusó a Hamas de crear una “crisis de última hora” que podría impedir la implementación del acuerdo anunciado por Joe Biden y Donald Trump. Netanyahu afirmó que Hamas había retrocedido en algunos aspectos del acuerdo alcanzado con mediadores, lo que se interpretó como un intento de extorsión para obtener concesiones en el último momento.
El acuerdo, que se espera entre en vigor el 19 de enero, contempla un alto el fuego de seis semanas durante las cuales se liberarán gradualmente a 33 rehenes a cambio de la excarcelación de más de mil prisioneros palestinos. Sin embargo, la negociación se ha complicado debido a diferencias sobre la liberación de ciertos prisioneros considerados “terroristas” por Israel.
Por su parte, Hamas ha rechazado las acusaciones de Netanyahu, afirmando que está comprometido con el alto el fuego y denunciando que las afirmaciones israelíes carecen de fundamento. Un alto funcionario del grupo declaró que la administración Trump está dispuesta a presionar a Israel para cumplir con el acuerdo.
A pesar de las tensiones internas en Israel, donde algunos partidos ultranacionalistas se oponen al acuerdo, se prevé que Netanyahu busque una solución para aprobarlo sin perder su mayoría en el gabinete. La presión internacional y el apoyo mayoritario entre las familias de los rehenes también juegan un papel crucial en esta dinámica.