La situación en Los Ángeles es crítica y se prevé que empeore con el regreso de los vientos de Santa Ana, que comenzarán a soplar con fuerza desde este lunes y se extenderán al menos hasta el miércoles. Desde el inicio de los incendios la semana pasada, al menos 24 personas han perdido la vida, más de 15 mil hectáreas han sido consumidas por las llamas y aproximadamente 150 mil ciudadanos han sido evacuados.
Las autoridades están investigando las causas de los incendios. Aunque no se descarta la intencionalidad, una teoría emergente sugiere que chispas del cableado eléctrico podrían haber encendido la vegetación seca, exacerbadas por los fuertes vientos. A pesar de que es común que las empresas de servicios públicos corten el suministro eléctrico durante estos eventos, no se ha implementado tal medida en esta ocasión. El Departamento de Agua y Energía de Los Ángeles no tiene un programa para cortar preventivamente la electricidad en áreas urbanas con alto riesgo de incendio, lo que ha sido criticado por expertos.
Actualmente, tres incendios siguen activos: el más grave es el de Palisades, que está contenido solo en un 11%, seguido por el incendio de Eaton, contenido en un 27%, y el incendio Hurst, que está contenido en un 89%. El gobernador Gavin Newsom ha declarado este evento como uno de los desastres naturales más devastadores en la historia de Estados Unidos y ha firmado una orden ejecutiva para suspender regulaciones medioambientales con el fin de acelerar la reconstrucción tras los daños causados.