En los imparables incendios en el este de Bolivia, que han consumido más de 4 millones de hectáreas también han muerto unos 2,3 millones de animales y las llamas provocaron daños “irreversibles” en bosques primarios, dijo este miércoles la especialista Sandra Quiroga.
“Hemos consultado con los biólogos del (bosque de) la Chiquitanía y hemos pasado más de los 2 millones 300 mil animales que han desaparecido en muchas de las áreas protegidas”, afirmó Quiroga, jefa de la carrera de Ingeniería Ambiental de la privada Universidad Nacional Ecológica de la ciudad de Santa Cruz (este).
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Los incendios también afectaron el “bosque primario” en la reserva de Tucavaca, en la región de Santa Cruz, donde existían unas 100 hectáreas de tierras endémicas, y que es parte del bosque Chiquitano.
“Ese bosque quedó totalmente incinerado y el daño a ese bosque es irreversible y no se va a volver a recuperar nunca más”, remarcó la académica.
Quiroga precisó que los animales más afectados por el fuego son: “urinas (ciervos), ‘capibaras’ (roedores), ocelotes, osos hormigueros, tejones, pumas, ‘antas’ (tapires), ciervos, jaguares, tortugas, lagartos, ‘jochis’ (pacas)”, además de las especies acuáticas.
Medios de prensa también mostraron imágenes de serpientes quemadas, así como parabas y loros que huían hacia otros lugares, como a la ciudad de Santa Cruz, capital de la región. También mostraron a animales parcialmente quemados.
Los fuegos que afectan a Santa Cruz y la región amazónica de Bolivia, comenzaron en mayo pero se dispararon desde agosto y consumieron 4,1 millones de hectáreas en toda Bolivia, según datos de la ONG privada Fundación Amigos de la Naturaleza.
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El departamento más afectado es Santa Cruz, donde está el Bosque Chiquitano y donde murieron los más de 2 millones de animales, mientras se desconoce el daño sobre la fauna en el resto del país.
Los ambientalistas culpan a las leyes promulgadas bajo el gobierno del izquierdista Evo Morales de incentivar la quema de bosques y pastizales para ampliar la frontera agrícola.
Sin embargo, el oficialismo atribuyó el fenómeno al clima seco, a los vientos y a quemas deliberadas de desmonte de parte de lugareños.
Los incendios de bosques y pastizales aún no han sido controlados en Bolivia, mientras los cuerpos estatales bolivianos luchan por aire y tierra para extinguirlos.