Un hallazgo arqueológico en el corazón de Jerusalén ha asombrado a científicos e historiadores por igual, un lugar de culto sellado desde hace 2 mil 800 años ha sido descubierto en la Ciudad de David. Tallado en la roca, este sitio incluye ocho habitaciones, un altar, una piedra sagrada y herramientas para procesar aceite y vino.
Los arqueólogos han datado la estructura en el reinado del rey Ezequías, conocido por las reformas religiosas descritas en el Segundo Libro de los Reyes (2 Reyes 18) y libro de segunda de Crónicas (2 Crónicas 29). Según la Biblia, Ezequías buscó centralizar el culto en el templo de Jerusalén, destruyendo sitios rituales idólatras en todo su reino. Este lugar, cubierto y preservado durante siglos, parece ser uno de los mencionados.
Uno de los hallazgos más notables es una piedra sagrada en pie, rodeada de otras piedras. Sorprendentemente, esta reliquia sobrevivió intacta al tiempo y las reformas. Según Eli Shukron, director de las excavaciones, “la piedra permaneció tal como estaba hace 2 mil 800 años”.
Además, se encontraron artefactos fascinantes, incluyendo jarras con inscripciones hebreas, pesas de telar y sellos decorativos. Estos elementos arrojan luz sobre la vida cotidiana y las prácticas religiosas de la época.
El sitio, ubicado cerca del Monte del Templo, coexistió con el Primer Templo y su descubrimiento subraya la rica herencia cultural y espiritual de Jerusalén. Amichai Eliyahu, ministro de Patrimonio de Israel, calificó el hallazgo como un “testimonio emocionante del pasado judío”.
Las excavaciones comenzaron en 2010, aunque la parte norte de las ruinas ya había sido identificada en 1909 por Montague Parker, un explorador británico que emprendió una búsqueda del Arca de la Alianza y otros supuestos tesoros del templo. Este lugar sigue desentrañando secretos del pasado, ofreciendo una conexión palpable con las historias bíblicas y la cultura de la antigua Jerusalén.