La familia de Marlén Ochoa, la mujer embarazada asesinada para robarle a su hijo en abril en Chicago (Illinois), Estados Unidos, ha recibido una factura de más de 300 mil dólares del hospital que trató sin éxito de salvarle la vida al bebé.
El recibo del centro médico identifica además al menor como hijo de la persona acusada de robarlo y matar a su verdadera madre, según el diario Sun-Times.
“¿Qué clase de monstruos son esta gente?”, se ha preguntado el abogado de la familia, Frank Avila, en referencia a los responsables del hospital Advocate Christ Medical Center, a los que acusa de “provocar de forma intencionada angustia emocional”.
El hospital ha lamentado en un comunicado haber enviado el recibo “por error”.
En la factura, el bebé aparece identificado como “Figueroa, chico”, en vez de con su nombre, Yovany López, así lo reseña Telemundo.
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Clarisa Figueroa, de 46 años, está acusada de estrangular a Marlén Ochoa, de 19.
Según la Fiscalía, Figueroa llevaba meses planeando el robo de un bebé. Había tenido un hijo, Xander, que en 2018 murió por causas naturales cuando tenía 20 años.
En octubre de ese mismo año, Figueroa anunció a sus hijas que estaba embarazada, lo que sorprendió a su familia porque tenía una ligadura de las trompas de Falopio.
En diciembre, Figueroa publicó en la red social Facebook una imagen por resonancia magnética del hijo que aseguraba estar engendrando en su vientre; y en febrero difundió una imagen de una cuna y una habitación preparada para recibir un bebé en una página para pedir ayuda económica.
Fue entonces cuando la mujer le dijo a una de sus hijas, Desiree, de 24 años, que precisaba su ayuda para matar a una mujer embarazada y robarle su bebé, según la Fiscalía.
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El 23 de abril, Ochoa, de 19 años, fue a casa de Figueroa y su hija, con las que tenía relación. Mientras Desiree la distraía con un álbum de fotos, su madre la atacó por detrás para intentar estrangularla con un cable
Cinco minutos después, Marlén Ochoa estaba muerta.
Con un cuchillo de carnicero, Figueroa abrió el abdomen de la víctima y, con ayuda de su hija, le sacó el bebé del vientre, según la Fiscalía. Después de meter el cadáver de la mujer en un cubo de basura del garaje, llamó al teléfono 911 de emergencias para decir que acababa de dar a luz.
El bebé fue llevado al hospital en estado grave y sin actividad cerebral, según la Fiscalía, donde murió semanas después.
La policía arrestó a madre e hija (y al novio de ésta) el 14 de mayo en su casa, mientras estaban limpiando con lejía una alfombra. En una esquina de la vivienda encontraron los restos de Malén Ochoa. Desiree lo confesó todo.
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La madre y la hija están acusadas del asesinato de Marlén Ochoa; el novio de la joven, de ocultamiento. Este jueves se les ha sumado un nuevo cargo, por la muerte también del bebé. Las dos mujeres siguen en prisión sin posibilidad de fianza.
La familia de Marlén Ochoa estudia llevar ante la justicia al hospital, que ya ha sido duramente criticado por no haber comunicado antes las circunstancias sospechosas en las que la mujer acusada del crimen llevó al bebé, haciéndolo pasar como suyo; entre otros datos, estaba cubierta de sangre que no era suya.
La factura que pasó a la familia amenazaba con tomar medidas si no se abonaba íntegra. Ahora el hospital ha prometido anular los cargos, aunque la familia sigue recibiendo requerimientos de pago, según su abogado.
Lo que no ha enviado el hospital son los registros médicos del bebé, pese a haber prometido hacerlo; el menor sigue registrado como hijo de su presunta asesina, ha añadido.
“Es atroz”, ha concluido el abogado, “tiene que acabarse ya”.