La película española ‘Golpe a golpe’, que cuenta la historia de una joven gitana de Avilés (Asturias) que encuentra en el boxeo una motivación vital, cosechó este viernes cinco galardones en el Festival de Cine Internacional de Nueva York.
El filme, dirigido por Emilio Ruiz Barrachina, es un documental ficcionalizado sobre la vida de Sara Montoya, quien logra superar todos los prejuicios sociales y raciales y dedicar su vida al boxeo, primero como púgil y luego como entrenadora en su Avilés natal.
Salvo un par de personajes -Sara niña y una boxeadora rival de Sara-, el resto de actores que desfilan por ‘Golpe a golp’ interpretan sus propias vidas: los padres y hermanos de Sara, su entrenador en un gimnasio de la ciudad, su tío, pastor evangélico en un templo al que acude la protagonista, y todo el universo del mundo del boxeo, subraya Ruiz Barrachina.
También la ciudad de Avilés es retratada en su esplendor y sus miserias: la playa de Arnao donde Sara rememora su historia, la montaña donde entrena, el mirador de la Luz, el casco histórico o los apretados bloques de viviendas en los polígonos de la periferia y todos los lugares donde transcurre la vida de la boxeadora.
No es de extrañar que esta película con el relato de una mujer humilde y ‘racializada’, que logra salir adelante con el deporte gracias únicamente a su empeño personal, cosechara en Nueva York cinco premios: al mejor documental internacional, mejor dirección de documental internacional, mejor interpretación basada en un personaje real, mejor película con mensaje humanitario y mejor película sobre derechos humanos.
Sara Montoya explicó a EFE que ya se ha acostumbrado a la presencia de las cámaras, pero cuando Ruiz Barrachina se le acercó -tras verla entrevistada en un programa de la televisión asturiana TPA- y le propuso contar su vida en el documental, sintió en primer lugar recelo.
“Me costó por mi etnia, por cómo suelen tratarse los temas gitanos”, reconoció, pero luego vio que el director se acercaba a su entorno con respeto, sin caricaturizar ni criticar lo que veía y mostrando su realidad tal como es, con sus luces y sombras. Lo mismo que hace con el mundo del boxeo.
Montoya sufrió una dolorosa lesión en el codo que la apartó de los ‘rings’ pero no por ello abandonó el boxeo, ya que ahora se dedica a entrenar a niños. Una contrincante (luego campeona de Europa) la lesionó en un combate donde no faltaron los golpes bajos y hasta las fracturas de huesos, como tampoco faltó una ‘revancha’ con la misma adversaria en un combate ilegal donde las apuestas movieron mucho dinero del que Montoya no vio un solo euro, pese a ganarlo.
“Estas cosas pasan, como en cualquier otro deporte”, se justifica Montoya, que no por ello pierde su pasión por el boxeo, mientras admira a su hermano que la introdujo en el deporte y tanto la ayudó a ella misma a introducirse en un deporte que “no era para las gitanas”.
La película ha visto la luz gracias a la financiación de Global Atac, una empresa asturiana dedicada al comercio de minerales sin relación con el mundo del cine, pero su director ejecutivo Víctor Manuel Suárez explica que el director los convenció porque “plantea una lucha por la justicia y los derechos sociales y cumple de algún modo una obligación moral”.
Además, quiso reivindicar su ‘asturianidad’ recordando “la larga trayectoria de nuestra tierra en la lucha por los derechos sociales”.
“Asturias está así presente en Nueva York haciendo honor a nuestra historia y a nuestro ADN”, concluyó Suárez antes de recoger los cinco galardones.