El Gobierno del presidente Laurentino Cortizoque quiere escuchar las propuestas de los Estados Unidos frente a la crisis migratoria que afecta su frontera sur, y que involucra a Panamá por ser un lugar de tránsito para miles de personas que intentan alcanzar el sueño americano.
En ese contexto, el ministro designado de Seguridad Pública, Rolando Mirones, afirmó este jueves que revisará un plan del Gobierno saliente mediante el cual los migrantes que entran ilegalmente por su frontera con Colombia son sometidos a diversos controles y conducidos hasta los límites con Costa Rica para que sigan su rumbo hacia el norte.
Esa política “evidentemente tiene que ser revisada”, entendiendo que “no podemos detener eso de un día para otro”, en caso de que esa sea la decisión, porque hay obligaciones internacionales que cumplir, pero también “hay países que tienen mucho que decir al respecto”, declaró el ministro designado.
“Si el principal país de destino de estos migrantes ilegales es Estados Unidos, a Estados Unidos hay que escucharle también, porque no podemos estar nosotros promoviendo migraciones que finalmente no vienen para nuestro país”, aseveró Mirones.
Para frenar la migración ilegal hacia su país el presidente estadounidense, Donald Trump, promueve el endurecimiento de los controles fronterizos tanto en Estados Unidos como en su vecino México -por donde entra el gran caudal de migrantes sin papeles-, y en general en Centroamérica, de donde salen miles de ellos huyendo de la pobreza y la violencia.
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Trump también impulsa la idea del “tercer país seguro”, que acogería a los migrantes solicitantes de asilo que son rechazados por Estados Unidos.
El miércoles el Gobierno de Guatemala informó de que sigue discutiendo con Estados Unidos la posibilidad de convertirse en “tercer país seguro”, en el marco de una “estrategia regional” contra la migración ilegal.
El ministro del Interior guatemalteco, Enrique Degenhart, dijo además, tras una reunión con sus colegas de Honduras y El Salvador y el secretario de Seguridad Nacional en funciones de EE.UU., Kevin McAleenan, que en julio próximo se realizará otra en Washington a la que se invitará a Costa Rica y Panamá “para que se integren a la estrategia regional” que se está desarrollando.
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Próximamente se integrará también Colombia como parte del “triángulo del sur”, pues sin el apoyo de estos países “es imposible alcanzar los objetivos de una región más segura y de fortalecimiento a nuestro principal aliado, que es Estados Unidos”, añadió el ministro guatemalteco.
Entre enero y finales de mayo pasado más de 11 mil migrantes ilegales procedentes del Caribe, África, Asia y Suramérica llegaron a Panamá procedentes de Colombia y atravesando la peligrosa selva del Darién.
Se trata de un flujo que incluye familias enteras, con niños de todas las edades, que llegaron a campamentos donde se les hizo un control sanitario y de seguridad (proceso biométrico) antes de ser conducidos a la frontera con Costa Rica.
Ese proceso lleva el nombre del “flujo controlado” y es desarrollado por Panamá en alianza con Costa Rica.
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“Hasta ahora el Gobierno saliente ha tomado esta medida de los flujos controlados y nosotros por lo menos inicialmente tendremos que manejar a esas personas que están ahí, que van saliendo de Panamá, pero insisto que tendremos que revisar esa política con mucho tiempo y estaremos prestos a informarles en caso de que haya cambios”, agregó el ministro designado de Seguridad.