Evo Morales, expresidente de Bolivia, no se presentó a una audiencia judicial programada para el 14 de enero, donde se le imputan cargos de trata de personas y estupro relacionados con el presunto embarazo de una adolescente en 2016. Su abogado justificó la ausencia alegando problemas de salud y la edad del exmandatario, quien tiene 65 años. En consecuencia, el juez Nelson Rocabado suspendió la audiencia hasta el 17 de enero, solicitando a la defensa que presente un certificado médico del Instituto de Investigación Forense (IDIF) que confirme su estado de salud.
La fiscal Sandra Gutiérrez criticó la ausencia de Morales, señalando que había participado en eventos públicos recientemente, lo que generó dudas sobre su justificación médica. Si Morales no se presenta a la próxima audiencia, podría ser declarado en rebeldía y emitirse una orden de aprehensión en su contra. Además, la madre de la menor involucrada ha sido declarada en rebeldía por no asistir a las citaciones judiciales y se ha emitido una orden de captura contra ella.
Morales ha calificado las acusaciones en su contra como parte de una “guerra sucia” política para evitar su participación en futuras elecciones. La fiscalía ha solicitado seis meses de detención preventiva mientras se llevan a cabo las investigaciones.