El sábado 1 de marzo falleció Erika Morales, la joven de 20 años que había quedado cuadripléjica tras ser agredida en 2021 en una discoteca. Dos mujeres la golpearon con una botella, provocándole un infarto cerebral y una lesión medular irreversible. Después de estar en coma durante un año y siete meses, Erika despertó, pero se encontró completamente dependiente de asistencia médica y ventilación mecánica.
A pesar de haber solicitado la eutanasia debido a su dolor físico y emocional, inicialmente se le negó el procedimiento. Sin embargo, tras la presión pública y el apoyo de su familia, la solicitud fue finalmente aprobada el 22 de febrero. Desafortunadamente, Erika falleció antes de que pudiera llevarse a cabo la eutanasia.
Su hermana, Tatiana Morales, expresó su dolor en redes sociales con un emotivo mensaje: “Vuela muy alto, mi bello ángel. Te amo, hermanita, siempre”. La historia de Erika ha generado un intenso debate en Colombia sobre el derecho a una muerte digna y ha resaltado las devastadoras consecuencias de la violencia.