Evo Morales Apenas lleva 24 horas en Ciudad de México, donde aterrizó el martes después de que el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador le otorgase el asilo político por razones humanitarias y su agenda ya es frenética.
La entrevista con El País se celebra después de recibir la distinción de huésped distinguido de la capital de manos de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum.
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Durante la conversación, en una sala del edificio frente al zócalo de Ciudad de México, Morales insiste en que es víctima de un golpe de Estado gestado desde varios frentes; urge a parar los enfrentamientos; rehúsa ahondar en las acusaciones de fraude durante las elecciones del 20 de octubre y asegura que el anuncio de nuevas elecciones, tras su dimisión, llevaba implícito que él no sería candidato, aunque en su momento solo se refirió a “nuevos actores políticos”.
Un vez comenzada la entrevista una de las primeras preguntas que le realizan al expresidente es:
¿En qué momento decide renunciar a la presidencia? y Morales contesta:
“El golpe de Estado empezó el 21 de octubre, después de las elecciones, con la falsa acusación de que había fraude.
Ahora me doy cuenta de que la denuncia es el verdadero fraude. Durante dos semanas, se va intensificando y el golpe se consuma cuando la policía se amotina y pasa a ser golpista.
Pedimos un diálogo con los cuatro partidos que tienen representación parlamentaria. Para evitar muertos y heridos, yo digo que no haya segunda vuelta sino elecciones y sin Evo candidato, con nuevos miembros del tribunal electoral. Y siguieron agrediendo. Hasta que renuncié, no había muertos de bala. Después, van cuatro o cinco”.
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Morales reacciona una vez que el jefe del ejército sugirió su renuncia y manifiesta que " No lo puedo entender, tenía buenas referencias del general Kaliman.
Yo había hablado con las Fuerzas Armadas, me dijeron que ellos se iban a mantener ahí. Después, pidieron mi renuncia. Es otra prueba más del golpe.
Evidentemente, me siento traicionado, pero no solo eso. Hemos invertido para equipar a las Fuerzas Armadas todos estos años, pero no para que vayan contra el pueblo, sino para defender la patria. No sé en qué parte de la historia quedarán, pero se equivocan.
Hago un llamamiento para que no usen las armas contra el pueblo. Al pueblo nunca lo van a callar con armas".afirmó
Asilo en México
El expresidente boliviano asevera cual fue el momento oportuno para aceptar el asilo en méxico "el sábado fui a reunirme al Trópico de Cochabamba. Un oficial leal me enseñó unos mensajes, en los que le pedían que me entregase.
Le decían que le iban a dar 50 grandes palos. Yo pregunté qué es eso y me dijeron: 50.000 dólares. Después, nos reunimos en La Paz, reuniones, reuniones y más reuniones.
El domingo anunciamos que vamos a elecciones, con nuevo tribunal. Evo no es candidato. Nuevamente nos vamos al Trópico. Cuando llegamos, el avión presidencial, que siempre para en la terminal comercial, lo hace en la militar.
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Le pregunto al piloto qué ha pasado y veo que llegan unos 15 carros por la pista. Álvaro ve cómo cierran los hangares. Nos dicen que hay militares camuflados.
Pudimos salir de ahí gracias a mis compañeros del Trópico, pudimos dormir en una hacienda, todo bien, me recordó a mis tiempos de cocalero. Entonces, yo quería quedarme, quería combatir hasta el final, pero todos, por consenso, dijeron que había que salvar la vida de Evo.
México nos ofreció asilo. Estados Unidos llamó al canciller para decirle que podían llevarme donde querían. Muy raro fue eso para mí. Yo dije que tal vez no íbamos a llegar a Chimoré, que tuviésemos cuidado de que nos fuesen a atrapar, por eso pedí que se concentraran miles de compañeros. Cuando nos dijeron que el avión [de la Fuerza Aérea mexicana] iba a aterrizar, fuimos por sendas, pero no lo dejaron entrar al espacio aéreo.
Miles de compañeros se quedaron porque veían que algo no estaba bien. Finalmente, el avión aterrizó, llegamos al extremo de la pista, nos subimos y nos dicen que no hay permiso para ir a Lima. Un general nos dijo también que el permiso para volar había terminado. Tenían preparado bajarme al avión. Pero un oficial de cancillería mexicana me dijo que no me tenía que preocupar". responde Morales.
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Evo le da gracias a países que lo ayudaron
“Doy muchísimas gracias a Paraguay y a Brasil. México, obviamente, me salvó la vida. No puedo entender cómo Perú, con quien tenemos tanta amistad, con quien compartimos la misma historia, no permitió que el avión pudiese aterrizar en Lima” Finalizó Evo en su entrevista para el diario El País de España.