Un funeral conmovedor tuvo lugar en Guayaquil para cuatro niños, Nehemías Arboleda, Steven Medina, Ismael y Josué Arroyo, quienes fueron capturados por una patrulla militar el 8 de diciembre y encontrados muertos días después en un manglar. La madre de Nehemías, visiblemente afectada, fue sostenida por mujeres mientras recibía consuelo de la multitud que la rodeaba. El barrio Las Malvinas, donde vivían los niños, es un lugar marcado por la pobreza y la falta de oportunidades.
Los féretros fueron llevados en un cortejo que exigía justicia, con pancartas que mostraban los rostros de los menores. Durante el sepelio, músicos tocaron instrumentos tradicionales, transformando su dolor en una protesta contra la brutalidad que les arrebató a los niños. La captura de los menores, documentada por cámaras de seguridad, mostró cómo fueron sometidos sin resistencia por los militares, quienes no estaban en un operativo oficial y se encontraban regresando a su base.
La comunidad ha responsabilizado a los 16 soldados involucrados en el caso, quienes enfrentan prisión preventiva mientras se investiga la desaparición forzada de los niños. Este trágico suceso ha generado una ola de indignación y ha puesto de relieve las tensiones entre las fuerzas de seguridad y las comunidades vulnerables en Ecuador.