El estado de salud del papa Francisco sigue mejorando gradualmente tras 34 días ingresado en el Hospital Gemelli de Roma. Los médicos han suspendido la ventilación mecánica no invasiva por las noches, y han reducido la necesidad de oxigenoterapia de alto flujo, utilizando ahora cánulas nasales. La infección polimicrobiana y la neumonía bilateral están bajo control, aunque no eliminadas.
El pontífice, de 88 años, continúa con fisioterapia motora y respiratoria, y su salida del hospital no es inminente. A pesar de las mejorías, su situación clínica sigue siendo compleja, por lo que se mantiene la cautela.
Ingresado a causa de una neumonía bilateral y, tras pasar por cuatro crisis difíciles durante su hospitalización, en las últimas semanas el papa ha experimentado una lenta y gradual mejoría y ya no corre “peligro inminente”.
El papa ha podido concelebrar una misa y trabajar durante el día, lo que es visto como un avance positivo en su recuperación.
(Con información de www.infobae.com)